Hace unos días asumió como uno de los coordinadores -de los exconvencionales- en el comando del Apruebo, de cara al plebiscito del 4 de septiembre. El exministro y exconstituyente Marcos Barraza (PC) aborda, en esta entrevista, su paso por la Convención Constitucional y el rol que tuvo su partido para influir en el contenido que quedó en la propuesta de nueva Carta Magna.
¿Es la Constitución de Barraza, como dijo la senadora Rincón?
De ninguna manera. Esa es una estrategia comunicacional de algún asesor o asesora que busca personalizar el texto constitucional y quitarle el carácter amplio que tiene, que es fruto de un intercambio político de diferentes fuerzas representadas en la Convención, incluidos independientes. No pasa de ser una caricatura.
Algunos sectores apelan en campaña al anticomunismo, ¿cree que eso sigue permeando en la ciudadanía?
Es evidente por los resultados electorales que el PC tiene una conexión social muy importante, somos una bancada de parlamentarios muy numerosa, tenemos representación en concejalías, en alcaldías, en cores, y eso es indicador de que el PC tiene una conexión social muy importante. Pero también hay expresiones de anticomunismo, sin duda.
¿Qué tan conforme se siente con el texto de la Convención?
Es un texto muy equilibrado. Aborda tensiones históricas del país, propone un camino desde la institucionalidad que permita superar brechas de desigualdad, conflictos históricos entre el Estado y el pueblo mapuche. Institucionaliza el conflicto y, en consecuencia, otorga un camino viable para las transformaciones del país.
¿Cuánto influyó el PC en el resultado final?
No, esto de atribuírselo a un sector, a un colectivo, a un partido o a un movimiento social es improcedente. No se condice con la realidad.
¿Cuál cree que es el gran sello que dejó el PC en el texto?
Ni el PC ni nadie tiene la autoría de la propuesta constitucional. Nosotros contribuimos al debate sobre derechos sociales, al debate de sistema político (...). Creo que ninguna fuerza tiene autoría de algo en particular.
Pero se dijo que los comunistas, pese a que eran pocos, sí lograron moverse con más astucia que el Frente Amplio. ¿Fue tan así?
No. Nosotros nos abocamos a traspasar el mandato social que se nos dio en los respectivos territorios donde fuimos electos y electas. Llegamos con vocación de acuerdos.
Sectores de izquierda reconocen que optaron por no considerar a la derecha en los acuerdos.
El comentario viene desde la derecha. Y estamos hablando de la misma derecha que propuso que hubiese una transición de 30 años para cambiar el sistema de salud, que propuso transiciones de 40 años. De la misma derecha que fervorosamente quiso instalar los mismos contenidos de la Constitución obsoleta que nadie quiere. La derecha se colombianizó. Se hizo una derecha a lo colombiana. Perdió la oportunidad histórica de convertirse en una derecha liberal.
¿No hace ninguna autocrítica respecto a que pudieron hacer más esfuerzos por sumarlos?
Los hicimos. De hecho, Cristián Monckeberg y Hernán Larraín participaron de la negociación de sistema político.
Pero según Monckeberg se bajaron porque ustedes no consideraban sus ideas.
No. Si no se bajaron, participaron activamente.
Pero no firmaron.
No, porque querían estar en los dos bandos. Había una estrategia por parte de un sector de la derecha para incidir en el texto constitucional y después no aprobar.
¿Qué ganaban con eso?
Porque yo creo que hubo un genuino interés de un sector de la derecha, desafortunadamente muy minoritario, de convenir acuerdos y lo que hubo fue la imposición de un sector de la derecha más duro.
Más allá de la derecha, ¿cómo califica la convivencia del oficialismo al interior de la Convención?
Cada sector trató de incidir sus posiciones en esas dimensiones y eso hacía que desde la divergencia se llegara la convergencia de ideas. Mi opinión al respecto es que las divergencias eran naturales, lo que importa es el resultado y el resultado es una coalición que fue capaz de ponerse de acuerdo en los elementos más sustantivos sobre las normas constitucionales.
¿Pero al Frente Amplio le faltó más tener esa noción al principio?
No, no hago ningún juicio respecto de otro colectivo de nuestra coalición. Cada uno fue con un mandato de incidir en la elaboración de un texto constitucional y también llegar a acuerdos.
¿Cree que hay cosas que se tienen que modificar del texto, como han dicho personeros del oficialismo?
No quiero ser elusivo de la conversación de fondo. El texto constitucional es sólido, equilibrado, pero requiere perfeccionamientos y nosotros estamos abiertos a eso, pero tienen que ser precisos.
¿Qué cosas se deberían perfeccionar?
Me parece que el estándar normativo que fija la justicia plurinacional es correcto. En el sentido de que fija igualdad ante la ley, eso es transversal para todo el texto constitucional, fija apego irrestricto a los derechos fundamentales y a los tratados internacionales. Pero creo que habría que precisar más bien en que tiene que ser con claridad nominada como justicia conciliatoria a esa escala, en el plano comunitario.
¿Pero mantendría la posibilidad de que los pueblos originarios puedan elegir el sistema de justicia?
Pero a escala conciliatoria y comunitaria, no a escala penal. No a escala de derecho de familia, no a escala de derecho civil. Entonces, eso es precisable en el texto. El punto está en que para la discusión política, y del texto constitucional, las vaguedades no sirven. Decir que vamos a modificar en genérico, sin precisar cuál es ese ámbito de modificación, es insuficiente.
¿Le haría modificaciones al sistema político como propone el Socialismo Democrático? Es el eje más cuestionado.
Solo hay enunciados en la prensa y tendría que analizarla con el PC antes de emitir una opinión.
Más allá de lo que propongan ellos, ¿hay algo que cambiaría de sistema político?
Tendría que revisarlo antes de pronunciarme, porque creo que como la iniciativa la han tomado los partidos de la ex Concertación habría que ver bien lo que ellos plantean.
Plantean hacer cambios profundos, por ejemplo, volver al Senado básicamente. El PC ha sido reacio a esa discusión. ¿Eso es lo más complejo para ustedes?
Yo me rehúso a una conversación genérica.
En este momento, ¿hay algo que no le guste del sistema político?
La propuesta de sistema político es bien equilibrada y no veo a la ciudadanía disgustada con ella.
¿Pero está dispuesto a un acuerdo antes del plebiscito?
Es antes del plebiscito y después del plebiscito. El Presidente es asertivo en promover que los partidos lleguen a un acuerdo, especialmente si ese acuerdo puede contribuir a incrementar el Apruebo. Lo que pasa es que la conversación tiene que darse en un espacio que permita que tengan algunos contornos claros y consideraciones presentes. Tiene que haber autorregulación en la discusión.
¿En qué sentido?
Si yo quiero plantear puntos genéricos o vagos no es contribuyente al debate. Esto no es un cheque en blanco, claramente tiene que haber precisión respecto de los contenidos. La autorregulación es importante porque no se trata de abrir toda la discusión constitucional nuevamente.
¿Con precisión para que nadie se arranque con los tarros?
Sí, pues.
¿Es conveniente dejarlo delimitado antes del plebiscito?
Es una conversación que hay que dar y, a partir de la petición que hace el Presidente, estamos de acuerdo con abrir la discusión para el perfeccionamiento del texto constitucional.
Los matices del Presidente respecto a este tema, ¿no perjudican al Apruebo?
Yo no calificaría las palabras del Presidente de esa manera, yo creo que eso no corresponde. El Presidente tiene la responsabilidad de conducir al país, a su gobierno y a la coalición que sustenta el gobierno, en consecuencia, sus planteamientos están orientados, creo, por la buena intención de que el Apruebo se fortalezca.
Pero, “cree”, ¿no le queda tan claro?
Lo tengo claro.
Puede tener buenas intenciones, pero sus declaraciones incomodan a sectores del oficialismo..
No voy a cuestionar las palabras del Presidente.
¿Hay alguna otra materia que requiera mejoras?
Me parece que habría que precisar que en las autonomías territoriales indígenas es a escala de gobernanza, por ejemplo, planes de desarrollo económico y social. Estoy abierto a que se hable de Poder Judicial y no de sistemas de justicias, creo que son perfeccionamientos que devienen de la bajada legislativa que se le dé de interpretación a la norma constitucional.
¿En algún momento le enrostraron que su partido no haya sido parte del acuerdo del 15 de noviembre?
No sé si me lo enrostraron (...). Es un dato de la realidad y que no hayamos sido parte contribuyó a perfeccionar el acuerdo del 15 de noviembre. Nosotros impulsamos independientes, paridad de género, escaños reservados. El proceso constituyente no habría tenido la legitimidad que tuvo a propósito de esa representación.
¿Reivindica, entonces, la decisión de no haber sido parte?
El no haber sido parte contribuyó a mejorar el acuerdo.
En algún momento, el convencional Atria indicó que hubo convencionales que no estuvieron a la altura. ¿Lo comparte?
No me gusta denostar personas. Hay que calibrar correctamente. El episodio de Rojas Vade fue imperdonable, dañó a la fe pública (...). Hubo falta de solemnidad en algunas circunstancias, como la situación de la ducha.
Más allá de esos episodios, en general, ¿cree que estuvieron a la altura del proceso?
Exceptuando garabatos, mentiras y racismo de convencionales de derecha, articulados a través de las redes sociales, y considerando también la falta de solemnidad de algunos constituyentes, mayoritariamente, diría que hubo un 90% de una conducta consistente con la solemnidad del mandato popular.
¿Pensó que en algún momento, más allá si cree en ellas o no, que las encuestas iban a arrojar ventaja del Rechazo?
Se ha ido acortando significativamente. El Rechazo no solo no ha crecido, está decreciendo. Yo lo explico del siguiente modo: la derecha está en una campaña por el Rechazo desde el 4 de julio de 2021.
¿Está convencido de que gana el Apruebo?
Estoy convencido.