“El nombre es lo de menos. Lo importante es que haya una cámara que represente a las regiones y que tenga todas las atribuciones legislativas”, sentencia de entrada el senador Matías Walker (DC).
El legislador afirma que tiene una visión crítica del proceso de negociación del borrador de la nueva Carta Magna, principalmente en lo que se refiere a Sistema Político. Y se declara aún en reflexión de cara al plebiscito de salida .
“Voy a tomar una decisión el 5 de julio. Hasta el momento lo que está saliendo es un punto de división más que de unión. Los convencionales no escucharon el llamado del Presidente Boric (...). Con el Rechazo no se acaba el proceso constituyente, puede ser una oportunidad de generar un nuevo acuerdo que sea un punto de encuentro y no de división. Si triunfa esa opción, nace la obligación de generar un nuevo acuerdo para crear una nueva propuesta de Constitución”, asevera.
¿Qué lectura hace de la aprobación de la Cámara de las Regiones, sin las atribuciones que se habían acordado?
Me alegro de que se haya rechazado la propuesta que venía de un acuerdo que de transversal no tenía nada y que solo involucraba a las izquierdas representadas dentro de la Convención. Ese acuerdo debilitaba el único espacio de representación que tienen las regiones. No eran atribuciones como tal, porque se inhibía a la cámara territorial de conocer proyectos de ley importantes para nuestra gente en regiones.
Hace referencia a “cierto sector de la izquierda”. ¿Qué aprehensiones tiene con ese sector?
La verdad es que hay una profunda decepción entre quienes nos jugamos por el Apruebo y nos jugamos mucho también por el triunfo del Presidente Boric en segunda vuelta, con la actitud que han tenido los convencionales de gobierno de querer refundarlo todo, de querer partir desde cero y debilitar las instituciones democráticas en vez de fortalecerlas.
¿Considera que el gobierno debería tomar un rol más preponderante?
El gobierno ha tomado palco con respecto al intento refundacional de sus convencionales. Eso es algo preocupante. Ahora hay una última oportunidad tras el rechazo de las atribuciones, hay una última oportunidad para generar un acuerdo y ahí vamos a ver cuánto calza el gobierno con su liderazgo de la Convención. El Presidente Boric es jefe de Estado, pero, además, es líder de una coalición política que, lamentablemente, en lo que a la Convención se refiere, está pretendiendo refundar el país desde cero.
¿Es un rol que debería abordar el ministro Giorgio Jackson como titular de la Segpres?
Yo no sé si el ministro Jackson de verdad quiere jugar un rol de liderazgo para que se proponga un texto constitucional que sea un punto de encuentro como lo pidió el Presidente Boric. A juzgar por los resultados, hasta el momento no lo ha logrado.
¿En qué escenario quedaríamos si las atribuciones de la Cámara de las Regiones finalmente se aprueban tal como estaban?
Si se persiste en este unicameralismo encubierto con un presidencialismo exacerbado, estaremos replicando los peores ejemplos de Perú, con toda la inestabilidad política que ha tenido en los últimos años y para qué decir, de Venezuela, Nicaragua y otros países que han sido de alguna manera resaltados por el líder del PC, Daniel Jadue.
¿A qué atribuye la animadversión al Senado?
Obedece a una razón netamente electoral. Si al Frente Amplio, en las elecciones de noviembre, le hubiera ido mejor en la senatorial, no estaría proponiendo eliminarlo. No me cabe duda de que es una razón cortoplacista, electoral y con calculadora. No soportan que la ciudadanía, al ver el desorden de la Convención, haya optado por un Senado equilibrado.
Como diputado presidió la comisión de Constitución y puso en tabla los proyectos de retiro de fondos previsionales. ¿Se arrepiente de abrir esa vía?
No me arrepiento ni un solo día de haber puesto en tabla el primer y segundo retiro del 10% y me hago responsable de haberlo hecho. ¿Por qué? Había un bono Covid de $40 mil y después un IFE de $65 mil, estábamos en cuarentena y la gente no podía trabajar. Ahora estamos en un escenario distinto y más que un cuarto o quinto retiro, lo que corresponde hoy, para no volver a discutir este tema cada tres, cinco o seis meses, es establecer un instrumento permanente pero acotado a tres fines específicos: para enfrentar una enfermedad catastrófica, para el pago de las pensiones de alimentos adeudadas y para la adquisición de una vivienda.
¿Cómo ha visto la instalación del gobierno y en particular la relación con el Parlamento?
Lo mejor de este gobierno es el Presidente. Es una persona a quien conozco, aprecio y la considero bien inspirada. En cuanto a lo legislativo, conocemos bien a la subsecretaria de la Segpres, Macarena Lobos, porque viene de los gobiernos de la Concertación. Con ella hemos tenido una excelente coordinación y con el ministro Jackson la comunicación ha sido más compleja. Falta más diálogo prelegislativo, entiendo que distintos jefes de bancada se lo han hecho saber.
¿Cuáles son las consecuencias políticas para el gobierno de aprobarse en Sala el retiro propuesto por la diputada Jiles?
A mí me preocupa que no dejemos sin piso al ministro Mario Marcel. Es un activo muy importante de este gobierno y garantía de seriedad. Una renuncia de él sería una pésima noticia para el país y todos tenemos que evitar la aprobación, partiendo por los parlamentarios de gobierno.