La excomisionada Natalia González (Ind.-UDI) dio un paso al frente en la primera línea política durante este proceso constitucional. Su participación en la Comisión Experta se hizo notar, pero fue en el Consejo cuando la abogada desplegó sus herramientas para ser un personaje clave. Negoció normas, fue un puente entre Chile Vamos y los republicanos, incluso con Amarillos. Hasta se convirtió en vocera, recorrió Chile en seminarios y charlas. Conoce al revés y al derecho cada artículo y dice estar optimista.
¿Qué ha sido lo positivo de esta campaña?
La sintonía que hemos logrado del texto con las preocupaciones de la ciudadanía. Cuando decimos que el Estado va a estar al servicio de las personas es porque una de las virtudes que ha tenido la campaña del “A favor” es mostrar que este texto organiza el poder de una manera tal para sintonizar hoy y mañana con las prioridades ciudadanas.
¿Y lo malo?
Lo peor es una suerte de deslealtad de la izquierda. No solo con el proceso, sino que con los principios básicos que tienen que inspirar una elección democrática. Legítimamente, las partes pueden tener distintas interpretaciones de algunos pasajes del texto, pero otra cosa muy distinta es mentirle a la ciudadanía. Eso es una deslealtad democrática.
¿También lo comenta respecto de la expresidenta Bachelet y su video?
Es imposible no incluirla. Al final quien pone su imagen y su voz en lo que ella planteó en ese video es ella, y ella es una expresidenta de la República. No corresponde que una persona que debiera tener una talla distinta se preste para comentar o esparcir este tipo de falsedades.
¿Hace una autocrítica de su sector? En un folleto dicen que la propuesta termina con lo que ustedes llaman la tómbola escolar, pero el texto no toca esa ley.
Más que una autocrítica respecto de aquel afiche que no conozco, diría que más bien lo que yo he visto en la campaña del “A favor” son énfasis en el sentido de reforzar la libertad de elección de los padres en todo tipo de ámbito y eso pasa también por el ámbito educacional.
¿Habría hecho algo distinto?
Hubiera sido más explícita hacia la ciudadanía respecto de lo que iba ocurriendo en el Consejo, porque la lectura que se tiene en algunos círculos es que el Consejo fue incapaz de llegar a acuerdos y se culpa a la mayoría presente. Quienes estuvimos adentro y podemos dar un testimonio bien concreto de cómo fue este proceso, fuimos testigos presenciales de la cantidad de oportunidades que se abrieron para llegar a acuerdos, pero recibimos portazos.
¿Qué habría que explicitar?
Que los consensos son posibles con quienes comparten pisos comunes, pero no con quienes están empujando banderas que son bastante ajenas a los pilares de la democracia representativa moderna. Eso es pedir un imposible. Lo que uno vio es que finalmente la izquierda insistió en cuestiones que son francamente contrarias a los pilares de la democracia.
¿A qué temas se refiere?
Insistir en asuntos de democracia identitaria o democracia sustantiva, que son principios ajenos a la democracia representativa moderna. Intentar ir a contrapelo de lo que ha sido el desarrollo de la sociedad chilena en los últimos 40 años en materia de libertad de elección e intentar imponer una prioridad, una primacía o un monopolio para la acción del Estado.
¿Los hechos de esta semana sobre Democracia Viva y la detención del indultado Luis Castillo afectarán al plebiscito?
Yo pienso que tienen un efecto. La izquierda que nos gobierna le prometió al país, y lo dijo muy explícitamente hace pocos años, inyectarle inestabilidad y cambios radicales refundacionales. Los hechos de esta semana están mostrando que por Dios que le han inyectado inestabilidad a costa de los más vulnerables, con los recursos que se han gastado en las fundaciones de los amigos del gobierno.
¿Cuál es su expectativa para el domingo?
Soy optimista, porque estamos ofreciendo un texto robusto para el progreso. Si se llega a imponer el voto “En contra”, lo que me temo es que el vuelo o la fuerza vuelva hacia quienes han querido inyectar inestabilidad al país. Esa es la lectura que ellos van a hacer. El gobierno y los partidos van a intentar aprovechar ese vuelo, lo van a leer como una suerte de máscara de oxígeno para las ideas que ellos promueven y eso es bien preocupante. Me temo que el vértigo de algunos sectores de la derecha sea ir a abrazar falsos consensos.
¿Por qué lo dice?
La agenda que ha presentado el gobierno es en torno a su agenda, no en torno a las pretensiones de una oposición que también representa una parte de la sociedad y que está presente en el Parlamento. Si gana el “A favor” les vamos a dar un portazo y vamos a frenar las ideas refundacionales.
Dijo que era optimista, si gana su opción, ¿el texto podrá unir al país?
Lo importante de una Constitución es cómo sienta las bases para que el país se encamine hacia el progreso y hacia reglas del juego que hagan posible que las oportunidades estén disponibles para todos. Este texto cumple con esos presupuestos. Si gana el “A favor” vamos a empezar a salir del pantano, nos vamos a unir todos en torno a eso. Lo que parece inverosímil es que haya unión detrás del marasmo en el que estamos. Nos han dicho que por ahora la discusión se congelaría si es que gana el “En contra”, pero quienes estuvieron dispuestos a quemar la Constitución en el espacio público no tienen credibilidad para hacer ninguna promesa de ese tipo a costa de la incertidumbre que eso trae para todos los chilenos.