Se la jugó, a contrapelo del propio Presidente Gabriel Boric, para que su partido compitiera en una lista separada de Apruebo Dignidad. Y no solo se quedó ahí, sino que la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, se transformó en el rostro que encabeza su lista en la Región Metropolitana.

Está consciente de que su apuesta es riesgosa y, por lo mismo, reconoce que de tener un mal desempeño electoral -en relación al otro pacto del oficialismo- no solo tendría que dejar la cabeza de su colectividad, sino que también significaría un duro golpe para lo que representa su sector. “No es solamente que yo tenga que salir de la presidencia (...), en términos ideológicos y valóricos, sería muy duro”, admite.

En esta entrevista, además, define qué medidas defenderá en caso de salir electa, entre ellas, modificaciones en el sistema electoral.

¿Cómo tomó el apoyo del expresidente Lagos a Jaime Ravinet? Él compite en una lista de la derecha.

Él (Lagos) reconoce en Ravinet una serie de atributos que a mí me parece razonable de relevar por parte del expresidente. Pero es distinto del planteamiento del apoyo esbozado hacia mí: yo sigo sosteniendo que el Presidente Lagos cuando vaya a votar, va a votar por mí (...). Políticamente sí puede hacer ruido, pero creo que trató de relevar a la persona. Habrá que preguntarle a él por qué motivo lo hizo, sabiendo que Ravinet cruzó la línea a la derecha.

No estaba en sus planes ser candidata, pero sí defender ir en lista separada a Apruebo Dignidad. ¿Fue la mejor decisión?

Sí. Nosotros nos planteamos la idea de ampliar la base progresista a propósito de un discurso que tuviera matices con el del Frente Amplio y una riqueza propia. No es solo lo distintos que somos a otros, sino la riqueza que tenemos como sector.

Andrés Zaldívar -que compite en el pacto de ustedes- dijo que el Frente Amplio ha querido refundar el país. ¿Está de acuerdo?

El fracaso de la Convención anterior es un fracaso para el país. No creo que sea oficioso echarle la culpa a tal o cual (…). Pero sí creo que es importante señalar que tenemos que hacer reformas, sin duda, y en muchos ámbitos, pero no tenemos que refundar nada. Se construye sobre lo que hay y se mejora lo que hay.

La identificación política actual es muy variable. Alguien que se define como oficialista podría estar en una encrucijada, porque hay dos listas que representan al oficialismo: Todo por Chile y Unidad para Chile. ¿Qué destaca en su pacto?

Las comparaciones son odiosas. Lo que podría decir es que nosotros tenemos convicciones sobre cosas importantes. Una, sobre la necesidad de un Estado que garantice derechos, pero que no necesariamente los provea todos. Creemos que el mercado, bien regulado, puede ser un coadyuvante para responder a los ciudadanos, la convicción de que la dignidad de la persona humana está en el centro, y lo tercero, que Chile no va a avanzar si no construye mayorías. Y para construir mayorías tiene que dialogar. Y esa disposición al diálogo, al reconocer al otro en su legitimidad, es algo que naturalmente tenemos como cultura política.

Y a la luz del proceso anterior, del trabajo de la Comisión Experta y el marco de bases constitucionales, ¿qué cosas va a defender?

Puede que suene poco atractivo, pero la “sala de máquinas” de una Constitución, y lo que va a permitir hacer este marco de convivencia realmente habilitante para el diálogo, para la creación colectiva, para ponernos de acuerdo, es un mejor sistema político. Y eso implica menos atomización, implica incentivos a tener un mejor nivel de la política, que las personas logren votar por ideas y por propuestas. No solo por rostros. Tenemos que desfarandulizar la performance parlamentaria, que tanto mal le ha hecho al país. Que, además, incentivemos a la generación de bloques grandes y fuertes, por eso es tan importante el umbral de un 5%. Yo creo que tiene que haber expresión de las minorías, pero puedes caer en el límite de que esas minorías condicionen y pesen más que las mayorías.

¿El umbral de formación de partidos políticos es razonable? Parlamentarios de la bancada independiente-PPD están en contra.

A mí me parece razonable.

¿Aunque pudiera desaparecer el propio PPD?

Si un partido político les tiene miedos a las elecciones, que se dedique a otra cosa. Si mi partido, o cualquier otro, no alcanza el 5% tiene que ser un desafío respecto de modificar todas aquellas cosas que te impidieron llegar a ese umbral.

Según sondeos internos, la derecha, a diferencia del proceso anterior, podría tener una representación mayoritaria en el Consejo. ¿Cómo van a administrar eso?

En esto estamos jugando en equipo. Para mí no es valioso para que al PPD le vaya bien y al resto de la lista mal. La evaluación siempre la hemos hecho en colectivo. Y creemos que un porcentaje con el cual nos sentiríamos conformes, con el poco tiempo de despliegue, es un 10% (del consejo). Pero no creo que la ciudadanía sea esquizofrénica.

Pero hablo de resultados electorales muy magros de Todo por Chile. Si se entrara a cuestionar la definición de la mesa PPD, ¿podría renunciar a la presidencia?

Mi cargo siempre está a disposición. Y si nos va estrepitosamente mal, no es solamente que yo tenga que salir de la presidencia, eso es lo menos relevante. Lo relevante va a ser constatar que a este polo de centroizquierda se le achicó el espacio. Y eso para mí, en términos ideológicos y valóricos, sería muy duro, porque yo siento que Chile no es un país de extremos. Pensaría que estamos haciendo algo mal, que no tenemos espacio y ese es el peor de los mundos