Vladimir Putin firmó ayer “tratados de adhesión” que formalizan la anexión ilegal de Rusia de cuatro regiones ocupadas en Ucrania, lo que marca la mayor toma de posesión forzosa de territorio en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La ceremonia de firma, celebrada desafiando el derecho internacional, tuvo lugar en el Gran Palacio del Kremlin en presencia de las élites políticas del país, y se produjo inmediatamente después de referéndums orquestados por el Kremlin en Kherson, Zaporiyia, Luhansk y Donetsk.
Putin abrió la ceremonia con un discurso largo, combativo y enojado en el que el líder ruso lanzó nuevas amenazas nucleares, prometiendo “proteger” las tierras recién anexadas “con todas las fuerzas y medios a nuestra disposición”.
“La gente ha hecho su elección. Una elección inequívoca... Esta es la voluntad de millones de personas”, dijo Putin, y agregó que los ciudadanos de las cuatro regiones ocupadas serían parte de Rusia “para siempre”.
El duro discurso de Putin, en el que dijo que Occidente era “satánico” y rechazó las “normas morales” del liberalismo, fue descrito por observadores como su declaración más antioccidental hasta la fecha, apuntó The Guardian.
En respuesta, el Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, contraatacó con una sorprendente solicitud “acelerada” de ingreso a la alianza militar occidental de la OTAN. El mandatario describió este paso como “decisivo para la seguridad de toda la comunidad de naciones libres”. “Rusia no se habría detenido en nuestras fronteras si no la hubiésemos detenido nosotros”, dijo, reiterando su argumento para reclamar ayuda internacional.
Al respecto, la OTAN defendió el derecho de Kiev a recuperar las regiones, ahora anexionadas por Moscú, alegando que “no cambia la naturaleza del conflicto, sigue la agresión contra Ucrania, ni cambia el compromiso de ayudar a Ucrania”, como dijo el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, quien lo calificó como “el mayor intento de anexión de territorio europeo por la fuerza desde la Segunda Guerra Mundial”.
EE.UU., por su parte, anunció sanciones para más de 1.000 personas y empresas relacionadas con la invasión de Rusia. Sobre la anexión anunciada por Putin, el Presidente Joe Biden aseguró: “No se equivoquen: Estas acciones no tienen legitimidad”.
La UE dijo que nunca reconocerá los referéndums ilegales que Rusia organizó “como pretexto para esta nueva violación de la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”. El G7 agregó que “no reconocerá jamás las supuestas anexiones”.
Mientras tanto, Moscú arriesgaba sufrir un nuevo revés en el campo de batalla, tras reportarse que Ucrania estaba rodeando la ciudad de Lyman, en el este. Si logra liberarla, se le abriría el camino para penetrar en una de las regiones anexadas por Rusia.