Pasadas las 16.00 de este jueves los ministros del comité político -Izkia Siches (Interior), Mario Marcel (Hacienda), Giorgio Jackson (Segpres), Camila Vallejo (Segegob) y Antonia Orellana (Mujer)- subieron a reunirse con el Presidente Gabriel Boric, en La Moneda.

Acompañado por la jefa del Segundo Piso Lucía Dammert y el director de la Secom, Pablo Paredes, el Mandatario lideró un encuentro en que el tema principal fue la reforma constitucional que permite un nuevo retiro de fondos previsionales y que su gobierno busca frenar.

En La Moneda hay conciencia de que el próximo lunes, cuando la iniciativa sea votada por la sala de la Cámara de Diputados, el jefe de Estado probará su rol como líder de su coalición. Sobre todo, porque ha sido él mismo quien ha encabezado las gestiones para que oficialistas y opositores rechacen la reforma constitucional que apunta a un desembolso sin condiciones y aprueben la propuesta alternativa que impulsa el Ejecutivo y que contempla un retiro de recursos previsionales con fines acotados.

Y, pese a la popularidad excepcional de la política de los retiros, en el oficialismo no esconden que lo que ocurra ese día marcará precedentes para la relación de La Moneda con sus propias huestes y con la centroderecha. Y supondrá lecciones para el frenteamplista y su equipo político de cara a la tramitación de las reformas estructurales. ¿Qué se juega el Presidente?

• El test a su liderazgo

Ha dicho que no quiere meterse en todos los temas y que, a diferencia de su antecesor, el expresidente Sebastián Piñera, dejará margen de acción a sus ministros. El quinto retiro, reconocen en La Moneda, sin embargo, parece haberse convertido en una excepción a ese principio para el frenteamplista.

El Mandatario ha puesto sobre la mesa su capital político al llamar pública y privadamente a los parlamentarios de su coalición a no “darnos un disparo en los pies” y pensar en los beneficios a largo plazo para la ciudadanía. Ad portas de la votación del martes 12 en la Comisión de Constitución donde se rechazó la reforma constitucional, fue él mismo quien hizo llamados a legisladores como Karol Cariola (PC) y Leonardo Soto (PS) para alinearlos con la postura oficial de La Moneda. Lo mismo hizo con dirigentes de la oposición como el presidente de la UDI y senador, Javier Macaya.

Y, pese a que en el oficialismo reconocen esta primera coyuntura legislativa como un test al liderazgo de Boric, hay quienes ponen un matiz.

“Los retiros tienen una excepcionalidad, son una de las medidas más populares que ha habido en las últimas décadas y están cruzados por el dolor de un sistema de pensiones que no funcionó (...). Por lo mismo, la capacidad del gobierno de alinear a su gente no es del todo predictiva de la capacidad que tendrá para cuadrar a la coalición frente a su propio programa”, afirma el diputado Gonzalo Winter (CS).

• Afianzar a Marcel

Lo ha transmitido -en privado- su propio ministro de Hacienda. De aprobarse el retiro sin condiciones su figura quedaría en una posición compleja.

Por eso el Presidente Boric también se juega en esta pasada la capacidad de afianzar una de sus apuestas más arriesgadas en la configuración de su gabinete. Sobre todo, cuando el expresidente del Banco Central tuvo que ceder ante la presión parlamentaria y acceder a una solución intermedia que, pese a lo acotado de su alcance, es un retiro de fondos previsionales a los que tanto se opuso.

Al menos en la coalición de gobierno -y particularmente en el PC, donde había generado dudas su nominación-, valoran que el titular de Hacienda haya demostrado “flexibilidad” y no haya sido la “piedra de tope” para buscar una salida.

• La relación con el Congreso

En la votación del lunes del quinto retiro, el Presidente también busca un espaldarazo para su equipo. Particularmente para su ministro Segpres, Giorgio Jackson, cuya figura levanta anticuerpos en algunos sectores y ha dejado varios flancos abiertos en las negociaciones.

Lo que es claro es que la estrategia del ministro de concentrar sus esfuerzos en los parlamentarios oficialistas y no depender de la derecha será un primer test a su capacidad de llevar la relación con el Congreso, lo que podría proyectarse en la tramitación de las reformas estructurales comprometidas por el Presidente.

Durante el fin de semana el ministro seguirá negociando con los parlamentarios para convencerlos de la necesidad de cuadrarse con el Ejecutivo.

• La medición de lealtad en sus dos coaliciones

El proyecto también se convirtió para Boric en una prueba de su capacidad de alinear al Partido Comunista, donde hay más de un partidario de aprobar la medida. Por eso fue necesario que la vocera Camila Vallejo (PC) expusiera en el comité central de su partido los perjuicios que la fórmula tiene para el programa de gobierno. Recién el martes Karol Cariola, jefa de bancada del PC, anunció su posición en contra.

En Apruebo Dignidad también hacen un contraste entre la fidelidad que ha mostrado el Frente Amplio respecto de los partidos que integran el Socialismo Democrático, fuerzas que el Mandatario decidió incorporar a la base de apoyo de su administración, precisamente, ante la falta de mayorías parlamentarias.

Un botón de muestra es que el martes -en la Comisión de Constitución- los diputados socialistas Leonardo Soto y Marcos Ilabaca votaron en contra del gobierno. El problema, dicen en el oficialismo, es que esa proporción podría repetirse en la votación en el hemiciclo, donde el PS se encuentra dividido y la mayoría del PPD va a votar a favor del retiro sin condiciones.