Los senadores republicanos bloquearon ayer la formación de un panel bipartidista para investigar el asalto al Capitolio del 6 de enero, con lo que rechazaron la pesquisa independiente en una muestra de lealtad al expresidente Donald Trump y en un intento de desviar la atención de la revuelta violenta perpetrada por sus seguidores.
La votación en el Senado fue de 54 votos a favor y 35 en contra, seis menos de los 60 votos necesarios para ratificar un proyecto aprobado por la Cámara Baja que habría creado una comisión de 10 miembros, cinco de cada partido. En la víspera, los agentes que combatieron a la turba, los familiares de un policía muerto y legisladores de ambos partidos que huyeron juntos ante la irrupción pidieron que se aprobara.
Seis republicanos votaron junto con los demócratas a favor del proyecto y 11 senadores faltaron a la sesión, algunos con el argumento de que tenían problemas de horario. La votación significa que las preguntas acerca de la responsabilidad de los ataques seguirán filtradas a través de los lentes partidarios, en lugar de tener las respuestas de un panel independiente según el modelo de la comisión que investigó los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
El proyecto de la comisión del 6 de enero tuvo el apoyo de casi tres decenas de republicanos en la Cámara Baja, pero la mayoría de los senadores del partido sostuvieron que sería utilizada para atacarlos políticamente. Adicionalmente, Trump -que aún controla el partido con mano firme- la ha calificado de “trampa demócrata”.
El líder del bloque demócrata, Chuck Schumer, dijo después de la votación que sus colegas republicanos “tratan de barrer los horrores de esa jornada bajo la alfombra” por lealtad a Trump. Schumer dejó abierta la posibilidad de una nueva votación en el futuro y aseguró que los sucesos del 6 de enero serán investigados.
La votación refleja la profunda desconfianza que reina en el Congreso desde el asedio, que profundizó las divisiones a pesar de que legisladores de los dos partidos huyeron juntos de la turba.
Los sucesos del 6 de enero están aumentando la tensión entre los republicanos, algunos de los cuales han restado importancia a la violencia y defendido a los insurrectos que apoyaron a Trump y su argumento infundado de que le robaron la elección.