A poco más de una semana del inicio de la IX Cumbre de las Américas en Los Angeles, el lunes 6 de junio, existe una controversia por la exclusión de la convocatoria a Venezuela, Cuba y Nicaragua por su “falta de compromiso con la democracia”. Mediante un cuestionario respondido a La Tercera, el Jefe de la Misión de Estados Unidos en Chile, Richard Glenn responde a estos cuestionamientos.
¿Cuál es la importancia que tiene la Cumbre de las Américas para Estados Unidos?
La Cumbre de las Américas es el evento de principal prioridad para la administración Biden-Harris en el hemisferio y la única reunión hemisférica que reúne a los líderes de los países democráticos de toda nuestra región. El lema de la Cumbre es, “Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo” y abordará las materias de mayor preponderancia para nuestro hemisferio, entre las que se incluyen la pandemia, las amenazas a la democracia, la crisis climática, migración.
¿Existe un cambio de esta administración respecto de las relaciones con América Latina?
La prioridad del Presidente Biden para esta Cumbre es escuchar a nuestros socios y vecinos que representan a una diversa y amplia variedad de audiencias a lo largo de la región. Seremos anfitriones de la Cumbre de las Américas más inclusiva que se haya realizado hasta la fecha.
Países como México y Argentina han sido críticos respecto a que no se invite a Venezuela, Cuba y Nicaragua e incluso se ha hablado hasta de boicot. Mientras que el exsenador Dodd viajó hasta Brasil para reunirse con el Presidente Bolsonaro por a su asistencia a la cumbre. ¿Cómo evalúan la postura de estos países?
Esta Cumbre congregará a cientos de personas que representan a todos los países de las Américas, incluyendo a representantes de los países que usted menciona. El Presidente Biden, el secretario Blinken y el asesor especial para la Cumbre, el ex Senador Chris Dodd, se han contactado directamente con sus contrapartes en la región para trabajar en torno a las consultas y preocupaciones que han expresado algunos países específicos, de modo de asegurar que la Cumbre aborde de manera adecuada los desafíos y oportunidades conjuntas más importantes que enfrenta nuestro hemisferio. Nos gustaría que quienes fueron invitados se nos unieran en respetar la responsabilidad conjunta para forjar un futuro más democrático, inclusivo y próspero. Sin embargo, la decisión de participar en la Cumbre corresponde a cada uno de los líderes invitados.
¿Tomaron contacto con el gobierno chileno por esta cumbre?
El secretario Blinken conversó telefónicamente con la canciller Antonia Urrejola, el 2 de mayo, y el asesor especial para la Cumbre, el ex senador Chris Dodd, estuvo de visita en Chile el pasado miércoles 25 de mayo y se reunió con ella y su equipo. En sus diálogos enfatizaron que esperan con mucho interés la participación de Chile en la Cumbre y creen que Chile desempeñará un papel importante de liderazgo para avanzar en torno a prioridades significativas que comparten. Por ejemplo, deseo aplaudir el liderazgo que Chile ya ha demostrado en sus esfuerzos por construir un consenso a lo largo de la región en torno a un acuerdo que protegerá nuestros océanos y las zonas costeras desde Canadá hasta la Antártica.
¿Coinciden con las declaraciones de la canciller Antonia Urrejola de que “la exclusión no ha dado resultados en materia de derechos humanos en Venezuela, Nicaragua y Cuba”?
EE.UU. continuará apoyando los esfuerzos de promover el diálogo genuino con aquellos países que impulsan los derechos humanos y la gobernabilidad democrática.
¿Cree que la cumbre pierde fuerza si no asisten Venezuela, Nicaragua y Cuba?
Cuando los líderes del Hemisferio Occidental se reunieron en la primera Cumbre de las Américas, en 1994, en Miami, pusieron al fortalecimiento de la democracia en el centro de sus esfuerzos para mejorar las vidas de los pueblos de nuestra región. Desde aquélla, cada Cumbre ha reafirmado nuestro compromiso conjunto con la democracia, incluyendo cuando nuestros líderes impulsaron la creación de la Carta Democrática Interamericana la cumbre, en Quebec, en 2001. En ese encuentro, los líderes de la región se comprometieron a que el respeto irrestricto a la democracia sería una de las condiciones para que los líderes de gobierno participaran en las futuras cumbres, y que cualquier alteración o interrupción del orden democrático constituiría un obstáculo irremontable para su participación en un encuentro. Reafirmamos nuestro compromiso con la democracia, y la Casa Blanca invitará a todos los líderes de las Américas elegidos democráticamente al encuentro en Los Ángeles.b