La próxima semana se espera que RN desarrolle un consejo general para declararse formalmente por el “A favor”. Pese a ello, el presidente del partido, Rodrigo Galilea, dice que ya están todos embarcados por esa opción, y que nadie en la derecha se puede restar.

¿Cuál es el balance que hace del proceso constituyente?

Lo primero que era importante era que el texto individual estuviese enmarcado dentro de los llamados 12 bordes pactados, y nunca ni siquiera se recurrió a los árbitros. Tanto los expertos como los consejeros constitucionales tuvieron mucho cuidado y rigor a la hora de poner las diferentes posiciones. Es una Constitución perfectamente razonable, que aborda bien todos los temas.

¿Cuáles son los temas que más destaca?

Trae mejoras importantes en la política a través de esta norma del umbral del 5%. Aborda el Tribunal Constitucional haciéndose cargo de algunas críticas. Aborda el tema de las víctimas, y también la igualdad de acceso a cargos electivos de mujeres. Estamos frente a un texto que debiera ser aprobado. Yo no veo ninguna ganancia para el país en rechazar este texto. Y, en cambio, sí veo una gran oportunidad para darle a este país estabilidad para superar de una vez por todas la discusión constitucional. Quienes están mostrando una intención de rechazar, le están negando la posibilidad a Chile de avanzar.

¿Y respecto de las materias que no convencen al sector?

En una Constitución nadie puede pretender estar representado por el 100% de los artículos. Pero finalmente las constituciones hay que mirarlas como un cuerpo entero.Y además como un documento, que puede ser modificado. Hay discusiones que están abiertas. Por ejemplo, el artículo de Estado que protege la vida de “quien” está por nacer. Otros prefieren el “que”. A algunos no les gusta la paridad de salida. Pero todas esas objeciones pueden ser modificadas. Me cuesta entender a quienes optan por simplemente oponerse o rechazar, porque no veo que le estén ofreciendo nada al país.

La encuesta Cadem muestra un 28% por el “A favor” y un 53% por el “En contra”. ¿Cómo se revierte el resultado?

Era bastante previsible. La ciudadanía muestra distancia frente al proceso, no conoce los detalles ni el texto. Nosotros tenemos la confianza de que, una vez que esté el texto definitivo y cuando la ciudadanía se dé cuenta que los contenidos de la nueva Constitución son buenos, se va a ir imponiendo esa visión.

¿Es una campaña adversa?

Sí. Hoy día las encuestas muestran una situación adversa, pero creemos que, una vez que estén los contenidos, es una campaña que podemos hacer de manera muy positiva.

¿Qué significa para la derecha si fracasa el proyecto?Principalmente son las ideas del sector.

Las constituciones deben ser cuerpos legales que permitan el correcto desenvolvimiento de las diferentes ideas que hay en el país a través del tiempo. La Constitución no puede ser el campo de batalla, por así decirlo, de las ideas respecto de salud, de educación y de los distintos temas. Eso es un erróneo planteamiento.

La derecha dominó el Consejo, por eso si fracasa serán vistos como los responsables.

Casi la totalidad de los artículos de esta Constitución están concordados entre sectores.

En Chile Vamos hay quienes están por el “En contra”. ¿Habrá libertad de acción si el consejo general se declara “A favor”?

No. RN va a tomar en el consejo general de la próxima semana una sola postura. Y me parece que debe ser así. Los partidos políticos, frente a los temas importantes, tienen que tomar posición. Los partidos políticos tienen por misión expresar sus ideas y posiciones claras.

¿Pero cómo revertirán que en el propio sector estén “En contra”?

Se va a ir imponiendo que votar por el “En contra” no ofrece nada al país. No veo que le aporte nada al país. Votar “En contra” es seguir inmersos en los problemas constitucionales que ya llevan 10 años.

Se habla de que la estrategia de la campaña sea con los políticos en segundo plano.

Considero tan relevante para el país dar el paso hacia adelante, que ojalá todos colaboren. Me parece que debería ser natural que muchas organizaciones de la sociedad civil se manifiesten, pero creo que quienes ejercen roles políticos debieran explicar y valorar esta posibilidad del país. Nadie debiera restarse en este esfuerzo.

Se criticó que la elección se “presidencializó” entre Evelyn Matthei y José Antonio Kast.

Esto no debe presidencializarse. Son temas completamente distintos. Pero naturalmente todos los que ejercen rol político deben pronunciarse ante el plebiscito.

¿Lo dice por Matthei, que todavía no se pronuncia?

Todos quienes ejercen liderazgo, en el momento que estimen oportuno, debieran ojalá manifestarse.

¿Y respecto del rol de Kast? Se dice que podría tener protagonismo, al ser su partido el dominante. Se habla de una “Kastitución”.

Es parte de una campaña sin argumentos, y que busca que Chile no avance, es empezar a ponerles apellidos a las cosas. La mayoría de los artículos vienen de la Comisión Experta, y los otros fueron aprobados por la unanimidad de los consejeros. Son simplemente caricaturas.

¿Pero Kast no debería tener protagonismo en la campaña? Se dice que él podría capitalizar el éxito del proceso.

Esta no es la Constitución de Kast, es la Constitución de muchas personas. Es un esfuerzo colectivo. Nadie debe querer llevarse la campaña a su tienda, todo el mundo lo entiende así. Nadie puede pretender transformar esta campaña en una campaña propia. Ningún partido, organización o nadie en particular. Nadie es dueño de la Constitución, y la Constitución no debe tener el nombre de nadie.

Uno de los principales objetivos es volver a agrupar al 62% del Rechazo del plebiscito pasado, desde la derecha hasta el centro. ¿Se ha logrado?

El esfuerzo nuestro es sumar a la mayor cantidad de partidos, de agrupaciones, de movimientos ciudadanos. Siempre estamos en contacto con Amarillos y Demócratas.

¿Cuál debiera ser el rol del gobierno? La vez pasada tomaron postura, pero hoy se alejan del proceso.

Sabemos que el gobierno internamente tiene distintas visiones. El sector frenteamplista mira con malos ojos cualquier avance en esta materia. Lo menos que podría hacer el gobierno es ayudar a que el texto constitucional que se presenta en definitiva sea correctamente difundido.