El clima cambiante del octubre santiaguino confunde a los deportistas. Es sábado y un grupo de la delegación cubana bromea con el frío que hace durante esa mañana en Cerrillos. Dicen que no han tenido jornadas de calor como a las que están acostumbrados, aunque agradecen que en la víspera hubo algo de sol. En esta ocasión, el cielo está cubierto de nubes. Es un día especial en la Villa Panamericana, ya que la presencia de Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), genera expectación. Muchos deportistas quieren compartir con el alemán. Varios esperan que termine su exposición para fotografiarse con él y saludarlo.
La Tercera entró en el corazón del complejo donde viven los atletas, que cuenta con 1.355 departamentos repartidos en 17 edificios, y que está emplazado en 6,4 hectáreas. Un sitio que a las autoridades les costó sacar adelante, pero que hoy es una realidad. Un lugar que enciende sus luces cerca de las 5 de la madrugada y que recién cerca de la medianoche toma un descanso.
Los inmuebles están ubicados a un costado de la estación Cerrillos, perteneciente a la Línea 6 del Metro. Esto permitió, por ejemplo, que las comitivas se trasladaran hasta el Estadio Nacional en el tren subterráneo el día de la inauguración. Este gran condominio está siendo utilizado por las delegaciones de los 41 países que compiten en Santiago 2023. Los deportistas comparten pieza, con un máximo de dos integrantes por habitación. Algunas camas, como la de los basquetbolistas o la de los primos Grimalt, tienen una extensión mayor (30 centímetros).
La entrada principal es por la avenida Pedro Aguirre Cerda. Por ahí tienen que ingresar los atletas. A la mayoría se le percibe alegre dentro del perímetro. Se sacan muchas fotografías, sobre todo, en el centro de la localidad, donde está el logo del megaevento. Otros prefieren posar para sus registros en los anillos olímpicos.
Los sectores de la villa están bien separados. Los deportistas tienen su espacio. Tampoco se puede ingresar con facilidad al recinto. Quizás el lugar de mayor concentración es el comedor, donde se alimentan las comitivas. Por ahora, solo hay comentarios positivos al respecto, en especial, por la múltiples alternativas para degustar.
En el sector de la comitiva de Brasil se puede observar el mayor despliegue de las delegaciones. Los casi 650 deportistas, incluso, instalaron un mural que los acerca a sus raíces. En otros sectores, como en el de Estados Unidos, se ubicaron pantallas gigantes para que los atletas se entretuvieran en sus tiempos de ocio.
La carpa donde está dispuesto el casino es de 6.600 metros cuadrado, y en su interior hay cerca de 2.000 mesas. Hay un puesto de comida chilena, pero también mucha variedad internacional.
“Por lo regular siempre hay pollo, pescado, carne, arroz. Un poco de pastas. Hay para todos los gustos. Se suman hamburguesas, pizzas. No puede faltar, obviamente, la ensalada. Hay áreas de yogurt, jugos y bebidas. Además, se puede beber un cafecito”, señalaba la jugadora mexicana de softbol Stefanía Aradillas en su cuenta de TikTok.
“Estamos comprometidos con la calidad, con que la comida sea deliciosa, que haya para todos los gustos. Planificamos toda la minuta, las recetas. Investigamos sobre los gustos de algunas comitivas y, hace unos días, se ve plasmado el trabajo, con todos los sabores para deleitar los paladares de quienes participan en esta fiesta”, indicó el chef Claudio Pérez al sitio oficial de Santiago 2023. El comedor está abierto 22 horas al día, desde las 5 de la mañana hasta las 3 del día siguiente.
Muy cerca está la lavandería, que atiende desde las siete de la mañana hasta las 21.00. Puede recibir hasta tres toneladas de ropa por jornada. También hay una comisaría de Carabineros. De hecho, los uniformados dan vueltas por los distintos sectores de la Villa, constantemente durante el día. La comisaria cuenta con un minicalabozo, que ya tuvo un detenido durante sus primeros días de funcionamiento: un proveedor se negó a ser controlado por los guardias del lugar.
Del ajetreo a la felicidad
“¡Chama!”, le gritaba una deportista de República Dominicana a su colega de Venezuela en el trayecto entre los departamentos y el casino. Se conocían y se fundieron en un abrazo. El reencuentro era en Santiago y aquella imagen de camaradería es la que reina en Cerrillos. Ahora es miércoles y La Tercera presencia la convivencia entre las gimnastas en un día más soleado que los anteriores. Entre los hispanohablantes hay mucha cercanía. Quienes se comunican en inglés también comparten entre ellos. Pero las nacionalidades no generan distancia. Una de las formas de unión es el intercambio de insignias y pines, que colocan en sus credenciales. Cada país posee un diseño distinto.
“La atención ha sido excelente. Los voluntarios son muy amables. La convivencia es grata y todo está bien organizado. Estoy muy satisfecha con lo que he podido vivir hasta el momento”, expresa Cindy Mera, desde la Villa Panamericana. La colombiana llegó a la capital el lunes pasado para competir en Judo. A sus 23 años, asegura estar pasando por una experiencia más que grata.
“Estamos en un lugar con muchísima gente. Entiendo que se llenen algunos espacios, como el casino, pero es normal. La alimentación aquí es muy buena. Estamos muy cómodos. Yo no he tenido ninguna experiencia negativa. Solamente tengo palabras de agradecimiento para todos. La zona médica y el gimnasio son excelentes”, agrega.
Para llegar a este momento de buenas sensaciones hubo un esfuerzo enorme durante los meses previos. Los trabajadores de Santiago 2023 reconocen que hay cansancio, pero también tienen la satisfacción de que todo está resultando según lo planificado. Desde el lío de las llaves han pasado dos semanas, pero hoy esas dificultades parecen ser cosa del pasado.
Las delegaciones que arribaron primero, eso sí, sufrieron algunos percances. Aunque ahora recuerdan esos episodios con humor. “Llegamos cinco días antes de la competencia. Acá está muy lindo, muy bien. Estamos cómodos mientras terminan los últimos detalles en los edificios”, dice Nicolás Keenan, jugador argentino de hockey sobre césped.
“Los únicos detalles fueron que durante los primeros días falló el agua caliente, a veces, y que también se caía el wifi, pero ahora está todo en orden”, añade el transandino.
Recuerdos con los que coincide la levantadora de pesas guatemalteca Scarleth Ucelo. “Cuando llegamos en los primeros días faltaba un poquito, pero ahora todo está bien. Han sido días bastante bonitos en Chile. Estamos cumpliendo muchos sueños al participar de unos Juegos Panamericanos. Nos sentimos realmente bien estando acá”, confiesa.
Más allá de las correcciones que se hicieron, todo va en la línea de lo que declaraba la semana pasada Thomas Bach, presidente del COI, en su paso por Cerrillos. “Los atletas están muy felices con esta Villa y eso es lo más importante, no lo que yo o cualquier otra persona piense. Este es un espacio para los competidores y, lo que he podido ver esta mañana, es que están extremadamente contentos con las condiciones que se ofrecen”, dijo el alemán.
En la zona internacional, donde se da el contacto entre la prensa y los deportistas, hay carros de distintas marcas ofreciendo comida y bebestibles. Están las banderas izadas y una pantalla exhibe competencias todo el día. Por otro lado, a un costado de los edificios, hay elementos de recreación para los competidores. Allí pueden jugar tenis de mesa o taca taca.
El Team Chile, por su parte, ha recibido algunas visitas. Han almorzado en más de una ocasión con Miguel Ángel Mujica, presidente del COCh. También estuvieron con Sebastián Yatra. El compositor colombiano aprovechó de compartir con las delegaciones chilenas y la de su nación.
La buena relación entre los deportistas es destacada por la tenimesista nacional Tania Zeng. Claro que la nacida en China deja una advertencia. “Estamos muy cómodos aquí. Hay varios atletas a quienes conocemos desde antes. Nos vemos y bromeamos. Tiramos la talla, somos amigos y todo es risas. Pero por dentro todos pensamos que vamos a competir, a luchar. Hay que aguantarse”, detalla entre risas.
El legado
A dos días de la llegada oficial de las delegaciones, la Villa Panamericana sufrió filtraciones de agua. La falla fue reconocida por el Servicio de Urbanización y Vivienda (Serviu) de Santiago. En cosa de horas se solucionó, pero fue una alarma importante. Luego se produjo la descoordinación de las llaves de los departamentos. Ante la prensa, Harold Mayne-Nicholls le bajó el perfil a la problemática.
“Para mí es una anécdota, no de las mejores, pero a la larga, va a generar chistes entre los humoristas, no me cabe ninguna duda”, dijo el director ejecutivo de la corporación Santiago 2023.
Una vez superados los inconvenientes, los edificios del Parque Cerrillos se posicionan como uno de los grandes legados que dejarán los Panamericanos. El mismo Bach lo expuso: “Solo puedo felicitar a Panam Sports y a Chile por esta Villa Olímpica. Aún más cuando es un proyecto social del que muchas familias, afortunadas, podrán beneficiarse”.
Los departamentos están insertos en un proyecto de subsidio de Integración Social y 1.355 familias accederán a estos como sus nuevos hogares. Eso, una vez que Santiago 2023 diga adiós.