Desde el miércoles, Sebastián Sichel (43) ya es formalmente un candidato inscrito en la primaria presidencial de Chile Vamos. Tras la bajada de Evelyn Matthei de la carrera en la UDI, quedan solo cuatro maratonistas: él, Joaquín Lavín (UDI), Ignacio Briones (Evópoli) y Mario Desbordes (RN).
En esta etapa y a la luz de los resultados electorales del fin de semana -que evidenciaron un fuerte castigo a los partidos tradicionales-, la apuesta del abogado y exministro de Desarrollo Social de Sebastián Piñera es a desmarcarse. Su principal activo ahora -según cree- es justamente su condición de independiente y ser una novedad. Desde esa zona también apunta a la responsabilidad del gobierno en la crisis política que develaron las elecciones.
¿Cuál es su análisis de los resultados electorales de este domingo que mostraron lo desafectada que está la ciudadanía de los bloques políticos?
La primera lección es que es un rechazo a la política tradicional. Lo que hay es un cambio de época que vivieron primero los ciudadanos y después los partidos, que siguen pegados a los años 90, cuando los chilenos están en el siglo XXI. Y también hay una emergencia de una mirada apolítica que más que concentrase en las instituciones partidarias se concentra en el tipo de liderazgo que quiere. Hay un cisma grande, un cambio de época gigante, que es fin de la transición. A los bloques políticos de la transición los están jubilando los electores.
¿Dónde caben los partidos en este escenario, según usted?
Más que la muerte de los partidos. Hay es ver cuál va a tener más capacidad de adaptarse a la nueva era. Y lo que no han tenido los partidos es capacidad de adaptarse. Mira mi caso como independiente... que me inviten a participar en primarias, que me den permisos. ¡Todo ha sido como una teleserie! Demuestra lo refractarios que son los partidos al cambio. Uno ve los liderazgos que tienen y son más o menos los mismos que están desde el año 88 o 90. ¿Cómo ellos pueden convocar a nuevas personas si están en un debate de los 90? Nuestro sector hizo lo mismo que la Concertación cuando trató de mostrar renovación trayendo a Eduardo Frei Ruiz-Tagle como candidato. Muchos de los candidatos que emergieron dentro del bloque eran gente que había sido dos o tres veces concejales o parlamentarios. Los partidos tratan de reciclar liderazgos viejos para ponerlos en la modernidad.
Mirando el giro hacía la izquierda que mostraron las elecciones, ¿qué posibilidad de éxito tienen hoy los candidatos de Chile Vamos?
Efectivamente, la convención constitucional quedó con un eje a la izquierda. Por eso es importante gobernar. Es malo tener un Congreso de izquierda, una convención de izquierda y un Poder Ejecutivo de izquierda. Nunca le hace bien la hegemonía al sistema político. ¿Cuál es la viabilidad de que esto pase? No tenemos ninguna posibilidad si hacemos lo mismo de antes, con los mismos de antes.
¿Cuándo habla de “los mismos de siempre” se refiere a Joaquín Lavín?
No me refiero a Joaquín en particular, él siempre ha tenido la gran capacidad de adaptarse. El punto es si la adaptación es suficiente. Yo tengo la sensación de que lo que dijeron los electores es que necesitan renovación. Si tú quieres tener un mundo reformista de centro y centroderecha en el futuro debieras hacer una oferta al país para los próximos 30 años, no una de corto plazo que se agota, y eso pasa con los liderazgos de los 90. Siento que lo de Joaquín es adaptación de una historia de la derecha -es el candidato de la UDI- y no una oferta de futuro.
¿Y por qué esta candidatura sería más convocante que la de Ignacio Briones (Evópoli), que también es una figura nueva, o que la de Mario Desbordes (RN)?
Primero, porque esas son candidaturas de partidos tradicionales. Hay una candidatura independiente y tres candidaturas de partidos tradicionales (RN, Evópoli y la UDI). No hay problema que quieran votar por ellas, pero achica la cancha. Si no agrandamos la cancha, no nos va a dar, ni siquiera alcanzamos a hacer un tercio sólo con eso. La gran pregunta es cómo agrandar la cancha, y es hacia los independientes. Hay que agrandarse hacia un mundo moderado y reformista de centro y agrandar hacia la clase media. Eso no podrá hacerse solo desde los partidos, sino de liderazgos que vengan de otros mundos.
¿O sea, su condición de independiente le da un valor agregado?
Soy independiente porque lo quiero ser. Habría sido bastante más fácil haber militado en un partido y haber terminado siendo candidato presidencial. Pero soy independiente porque creo que la nueva política tiene que tener la incorporación del flujo independiente, mucho más activo en la política. Y no es que sea una desventaja o una oportunidad, es que solo con los partidos no se gana una elección ni aquí ni en la quebrada del ají.
Si es así, ¿por qué peleó tanto para que los partidos de Chile Vamos lo invitaran a la primaria?
Porque no podía participar en la primaria. Ojo, que la independencia es distinta al caudillaje. Hay candidatos que van a la primera vuelta solos y que juntan firmas solos. Los partidos son importantes en la democracia, solo que no son el monopolio. Entonces, obviamente que quiero gobernar con los partidos, pero quiero ser lo suficientemente libre para decir que no todo va a ser asignado por cuotas y que tienen que terminar con la captura familiar del Estado en general. Quiero tener la capacidad política de buscar a los mejores donde quiero. Pero no existe la democracia sin partidos, pero la pregunta es si la democracia solo es los partidos.
El leit motiv de Lavín es que él es más competitivo frente a Daniel Jadue, ¿tiene asidero esa idea?
Me gusta ese orgullo de la generación pasada que cree que van a ganar porque son ellos. Y hay datos que dicen eso, otros dicen que soy yo. Otros, para ser justos, decían que Evelyn Matthei era la más competitiva. Hay algo ahí de la soberbia de los años de circo que hacen decir soy el más competitivo. Y ojo, el que va a ser más competitivo frente a Jadue va a ser el que ofrezca un proyecto de sociedad distinto, no la copia, la mala copia o los matices a ese proyecto social. Además que un independiente de 43 años, con una historia de vida personal muy distinta, esté entre las dos candidaturas más competitivas de la primaria demuestra que sin los 30 años de exposición pública podemos ganar una elección primaria. La pregunta es si Joaquín es el liderazgo que queremos tener o el que tuvimos.
Como nuevo vocero de la candidatura de Lavín, el alcalde Rodolfo Carter aseguró que la suya era una candidatura inventada, ¿qué le parece?
Nada más que la vieja política de defensa de los viejos políticos tradicionales. Yo sé que Joaquín Lavín no es así, por lo mismo, me extraña que su vocero no haya entendido nada de lo que nos pasó el domingo. Una derrota tremenda, la solicitud de abrirse a mundos nuevos y no de repetir los errores de la política tradicional que lo que hace en destrozar al rival para ganar una elección. Ojalá no estemos viendo el viejo juego del policía bueno y el policía malo.
“Al gobierno le ha faltado saber hacer política”
Usted fue exministro del Presidente Piñera, quien tiene hoy un 9% de aprobación. ¿Cuánto afecta eso a una candidatura de centroderecha como la suya? ¿La opción en mantenerse lejos del gobierno?
Si hay algo que no hago en la vida es dar mi opinión de alguien según como esté evaluado. La relación con el gobierno no puede ser como un matrimonio por conveniencia, que a veces te gusta y no te gusta según como lo evalúan los ciudadanos. Yo fui ministro del Presidente y no tengo ni un complejo con haberlo sido. Y fui un ministro bastante bien evaluado en esa condición y soy agradecido de haber llegado a donde no me imaginé en mi vida. No me imaginé en mi vida llegar a ser ministro y que tenga colaboración ciudadana a partir de haber sido ministro del gobierno de Presidente Piñera. Y voy a ser crítico cuando crea que una política es incorrecta y voy a defender cuando haya una política correcta.
¿Cómo qué política incorrecta?
Manifestación expresa de eso es que creo que la mantención del toque de queda es una ridiculez absurda y que el gobierno debería cambiarla hoy día. Pero, asimismo, creo que es un tremendo éxito el proceso de vacunación y creo que, además, en general, todo lo que ha hecho el gobierno en materia de coberturas y políticas sociales ha ido avanzando progresivamente y ha faltado sentido de urgencia.
“El gobierno está en un proceso de cierre. Hay que dejar de preocuparse tanto del gobierno. Tiene que cerrar bien su ciclo. Mientras, tiene que, por favor, acelerar la ayuda social y permitir la libertad personal”.
¿No cree que el gobierno tiene responsabilidad en los resultados electorales del domingo?
Obviamente, una parte le cae al gobierno y otra a una oposición que ha sido populista y perdió subiendo la oferta y que no ha querido construir acuerdos. Cuando escucho esa crítica de que la gran caída es culpa del gobierno pienso, ¿entonces la DC también va a culpar al gobierno? Hay que mirar la foto completa. Y sí, yo creo que al gobierno le ha faltado saber hacer política, que es construir acuerdos. En general, le ha faltado saber liderar la agenda. Pero, asimismo, es muy difícil ir adelante con una oposición que decidió que su forma de hacer política era negar la sal y el agua.
¿Qué tendría que haber hecho el gobierno para liderar esa agenda?
Yo más que haber abierto la puerta ahora para un acuerdo (de mínimos comunes), habría impulsado llegar al 100% del Registro Social de Hogares sin esperar que la oposición lo dijera. No esperar a un acuerdo que al final llegó al mismo camino. Lo mismo traté de hacer con el IFE, no habría esperado tanto el acuerdo de los 12 mil millones, lo habría llevado antes a la gente. El gobierno tiene que pedir menos permiso a la oposición y mirar más cómo maneja y la agenda del país. Pero eso no tiene nada que ver con los pecados electorales de los partidos, ni con la selección de los candidatos. No podemos quedarnos en el mea culpa de cómo ha sido el gobierno.
¿Cree que es necesario un cambio de gabinete para enfrentar los últimos meses del gobierno?
El gobierno está en un proceso de cierre. Hay que dejar de preocuparse tanto del gobierno. Creo que tiene que cerrar bien su ciclo y el Presidente adaptará los equipos como sea conveniente hacerlo. Mientras, tiene que, por favor, acelerar la ayuda social y permitir la libertad personal. No me imagino una sociedad en que mi hijo tenga que pedirle permiso al Estado para poder salir.
¿Cree que el toque de queda es una forma de control social por las protestas?
No tiene razonabilidad. Y uno espera que el gobierno lo explique muy bien. Pero no entiendo porqué en Isla de Pascua, donde no hay un caso, los siguen acostando a las 10 PM. No tiene lógica en una sociedad libre. O hay otras razones que no conozco. Pero las razones sanitarias no son lógicas,
“El centro se ubicó en una posición pusilánime”
Su candidatura desde el inicio se planteó como un espacio del centro político. Pero las elecciones castigaron esas posturas más moderadas y gente cercana a usted, como Mariana Aylwin y Sylvia Eyzaguirre, perdieron, ¿no es una mala señal para su propuesta?
Aquí ganaron los que tenían posiciones claras en medioambiente, materia social, incluso gente como Marcela Cubillos, que es clara en la defensa de ciertos principios. Y los que se desvanecieron fueron los que no tenían identidad o convicción. Pero si tu oferta es el acuerdo o la unidad, vas a ser muy poco atractivo. Esos son medios para conseguir un objetivo que es defender el modelo de sociedad que tú crees que es mejor para Chile.
¿Por qué se desvaneció el centro?
Porque se han ubicado en una posición geográfica que es como pusilánime, que no es defender ideas, no es defender posiciones, es defender la intermediación. Yo creo que los acuerdos son importantes en la medida en que uno defiende qué quiere para la sociedad y eso es lo que busca acordar. Yo quiero una agenda reformista para Chile que requiere cambios profundos, requiere reformas en la defensa de libertades profundas. Pero en el centro hemos jugado demasiado a la agenda de la intermediación.