“Venimos contentos, porque aprobamos royalty”, fue lo primero que dijo la senadora y presidenta del Partido Socialista (PS), Paulina Vodanovic, a su arribo el miércoles al cónclave oficialista en Cerro Castillo. En plural, pues venía acompañada por el también senador y timonel de Revolución Democrática (RD), Juan Ignacio Latorre.

Coincidencia o no -ya que ambos permanecieron hasta cerca de las 22 horas en la sesión del Senado-, la llegada de la socialista junto al dirigente RD es, para muchos, el transitar que debería tomar el PS tras los resultados del domingo: junto a Apruebo Dignidad (AD).

Pero esa definición no es del todo lógica, pese a los buenos resultados electorales que obtuvieron en conjunto, versus las cifras rojas de sus históricos aliados del PPD, PR y la DC. Tras los comicios del domingo pasado, la alianza de gobierno no ha sostenido una conversación de fondo más allá del encuentro de Cerro Castillo con el Presidente Gabriel Boric y su comité político.

Parte de la tarea encomendada por el Mandatario en Viña del Mar fue esa: que cada partido realice jornadas para decantar un diagnóstico de la derrota y luego sostener un “cónclave” como alianza, sin presencia del Ejecutivo. Por ahora, los ajustes entre coaliciones están en stand-by, señala un alto dirigente del PS.

Pero las señales hacia un rebaraje no han tardado en aparecer. Antes de cualquier definición, Vodanovic espera sostener una reunión con la jefa del PPD, Natalia Piergentili, quien por estos días está fuera del país. Pese a que ha sostenido que las relaciones con sus aliados históricos “gozan de buena salud”, el quiebre electoral entre ambas tiendas congeló -al menos durante la campaña- la fluidez del diálogo.

Una federación socialista

Aunque se ha optado por mantener las recriminaciones “a raya” hacia el bloque de la exconcertación que optó por competir en una lista distinta a la de “Unidad para Chile”, hay coincidencia que de haber hecho un pacto de todos los partidos de gobierno, los resultados en el Consejo Constitucional hubiesen sido más auspiciosos para el sector. Ese análisis, de cara a las elecciones municipales, no es baladí.

Antes de “escoger” a una coalición u otra, entre los socialistas ya ronda una idea: conformar, junto a las tiendas afiliadas a la Internacional Socialista -el mismo PS, el PPD y el PR- una “federación” de partidos. Y, de paso, abrir el mismo diálogo con los liberales, que también fueron en pacto con AD.

“Es un buen momento para que las fuerzas socialistas confluyan. Hay que abrir el diálogo con partidos como el PPD, los liberales y radicales, y otras fuerzas (...). La unidad socialista es el nuevo desafío”, sostiene el jefe de la bancada de diputados, Daniel Manouchehri.

La idea también fue deslizada en la comisión política del pasado lunes en el PPD, a la luz del análisis del pobre resultado electoral.

Con Apruebo Dignidad

El senador José Miguel Insulza toca un punto relevante: en octubre, el partido sostendrá su congreso ideológico “Carlos Lorca” -en honor al exdiputado de sus filas detenido desaparecido- donde se define, entre otras cosas, la política de alianzas a mediano y largo plazo. Antes de cualquier acercamiento mayor a AD, Insulza cree que la primera “convergencia” debe ser al interior del Socialismo Democrático.

“(Hasta el congreso) quedan cinco meses y todo depende cómo hayan discurrido las relaciones con AD, particularmente con el Frente Amplio (...). Pero primero tenemos que tener un diálogo con el Socialismo Democrático. Se ha hablado de una especie de federación, que lo intentó (Ricardo) Lagos en su momento. Quiero creer que en el Socialismo Democrático creemos lo mismo”, explica.

En AD miran con especial interés los movimientos de los socialistas. El propio Boric en más de una ocasión ha relevado la admiración que profesa por la historia del partido y sus próceres. No por nada el último ajuste ministerial -y la mantención del cupo del partido en la Segpres, con Álvaro Elizalde tras la salida de Ana Lya Uriarte- fue un “gesto de confianza” que consolidó la presencia de socialistas en puestos estratégicos del Ejecutivo.

Pese a que la gran discusión ideológica se dará a fin de año, los gestos podrían darse antes: para el próximo 3 de junio está agendada una sesión de comité central del partido. Manouchehri da luces de qué se podría abordar una declaración durante esa jornada. “El PS debe insistir en la unidad de todas las fuerzas de cambio. Esto implica pensar en una gran coalición, que dé sustento al gobierno del Presidente Boric y afrontar las próximas elecciones”, comenta.

El debate apenas se abre. Y en eso, hay quienes toman distancia. El senador Juan Luis Castro, por ejemplo, es partidario de no innovar en el ordenamiento de las coaliciones hasta ahora, aunque sí llama a mayor coordinación.

“Sería lo natural que el PS ‘vuelva’ a su coalición de origen y que, a la vez, tengamos una capacidad de coordinación con AD para apoyar al gobierno en una revisión del programa. Esa decisión no fuerza a nadie a perder identidades y es más cómodo”, dice.

“Nosotros competimos con AD exclusivamente porque lo pidió el Presidente Boric, accedimos. Pero tenemos aproximaciones al futuro que son distintas”, añade el parlamentario.

Por lo pronto, la idea de un rebaraje oficialista -guiado desde donde se ubique el PS- ya está sobre la mesa y las ideas no son pocas. “Para mí, el nombre ‘Unidad para Chile’ me hace mucho más sentido que AD (...). El tema es cómo transitamos más allá de los nombres”, reveló el senador Latorre a mediados de esta semana. Esa marca, indiscutiblemente, incluye al PS.