Senadora Aravena, comisionada por la Paz: “No quiero ser negativa, pero que esta propuesta sea una solución para todos, no lo creo”
La parlamentaria republicana y una de las integrantes de la Comisión para la Paz y el Entendimiento, que busca darle una salida al conflicto mapuche, ve difícil llegar a amplios acuerdos debido a las posturas de sus pares. "Para mí son tan grandes las expectativas de algunos, que son muy difíciles de concretar", asegura.
Hace aproximadamente dos semanas, y tras un año y seis meses desde su conformación, los integrantes de la Comisión para la Paz y el Entendimiento, creada luego de un amplio acuerdo político para darle una salida al conflicto mapuche en la Macrozona Sur, pactaron extender hasta fines de enero el funcionamiento de la mesa de diálogo en pos de lograr los acuerdos unánimes que, hasta aquí, no se han alcanzado. De hecho, según los primeros borradores de texto de los ocho comisionados, hay posiciones diametralmente opuestas en varios tópicos, siendo quizás si el más complejo el de la reparación de tierras.
“Ha sido un desafío importante, especialmente considerando que quedan pocos días y los temas son de una complejidad que siempre supimos sería difícil de abordar. Dicho esto, es justo señalar que las posturas se han acercado un poco en comparación con el punto de partida”, dice al respecto la senadora republicana Carmen Gloria Aravena, una de las comisionadas.
¿En qué temas se han acercado?
Hasta hace poco no contábamos con un catastro claro, pero a lo largo de este año se trabajó intensamente para construir un registro que hoy es mucho más cercano a la realidad. Pero debemos reconocer que el debate no se limita a la tierra. Otros temas también exigen análisis y múltiples revisiones para llegar a acuerdos viables.
¿Se corre riesgo de que la propuesta sea acotada?
Creo que sí. Sé que debiéramos estar a fin de enero con una resolución cercana a lo concreto, pero es difícil. Pero también nos propusimos no entrar a un espacio solo declarativo, sino cuánta tierra, cómo queremos entregarla, cuáles son los cambios a la ley.
¿Cuáles son los temas más difíciles para ponerse de acuerdo?
En la discusión hemos llegado a algunos acuerdos de qué es lo ideal, qué es lo posible y qué es lo mejor para lograr, con estos tiempos y dificultades, cosas alcanzables. Y no con el ánimo de cumplir no más, porque lo que vamos a hacer es proponer, siempre con sentido de realismo. Hay algunos comisionados que son principalmente mapuches que tienen una tremenda responsabilidad con su pueblo de poder alcanzar el máximo de los anhelos. Lo comprendo, pero tenemos un compromiso con los que no son mapuches y que también sufren. Hay que buscar una alternativa que a todos les haga sentido.
Los comisionados Millabur y Callupe proponen 385.860 hectáreas de vocación agrícola para reparación. ¿Ve una dificultad con ese tipo de propuestas?
Por supuesto que hay una dificultad, totalmente sí. No podemos ni debemos cambiar los usos de suelo y la disponibilidad de tierras fértiles en la zona sur es insuficiente para cubrir la demanda. Es claro que debemos buscar alternativas. Y aquí es fundamental ser prácticos, porque como comisionados no estamos de acuerdo con la expropiación bajo ningún motivo. Sin embargo, también existe otra posibilidad: no todos desean recibir tierras.
¿Pero podría decir que el gran punto de desencuentro es la compensación de tierras?
Todavía es un punto a discutir y acordar. No sabemos cómo va a ser ese camino quedando poco trayecto para llegar a acuerdo. Podría no darse. Pero cuando una persona hace 25 años pidió tierra, tenía 25 años menos y hoy puede querer otro tipo de compensaciones, como se ha hecho en el mundo entero. Esa libertad que no tiene la ley indígena es lo que quisiera dejar más claro. Tampoco podemos pensar en hacer una discriminación tan positiva al pueblo mapuche que terminemos discriminando negativamente al resto de la población. Que la tarea es difícil, sí, es muy difícil. Que hay disposición de lograrlo, seguimos con la disposición y el ánimo, pero tampoco podemos ser tan inocentes y decir que esto va a resultar en 17 días.
¿Cuáles son sus intransables?
La expropiación es intransable. Otro punto intransable es la condición de que todos los beneficios comprometidos por el Estado solo se entreguen en la medida en que la nueva ley indígena esté aprobada. Sin ella no habría garantía de que el proceso tenga un resultado justo. Más allá de la situación política y mediática, tenemos que entender que este conflicto necesita cerrarse.
¿En qué coincide la comisión?
El tema del reconocimiento del pueblo indígena. Que efectivamente hay una deuda de certificados de aplicabilidad que son reales. Hay bastante coincidencia en que esto requiere una solución. Lo que no tenemos claro es la solución específica. Todos tenemos alternativas que elegimos más que otras. También tenemos consenso en que hay que cambiar la estructura de la Conadi, o en que hay que hacer un catastro digital abierto de tierras indígenas.
¿Por qué aún no hay acuerdos?
Porque las personas piensan distinto. También podrían decir que mi posición es extremadamente radical. Simplemente son posiciones muy opuestas, eso ha hecho que estemos en la situación que estamos. Para mí son tan grandes las expectativas de algunos comisionados que son muy difíciles de concretar. No son posibles. No son aplicables.
Podría ser que la propuesta no contenga un acuerdo amplio.
Yo espero que sí entreguemos una propuesta, todavía tengo esperanza, soy optimista.
¿Piensa que la propuesta le dé una salida al conflicto?
Me encantaría decirte que sí, pero no lo sé. Siempre he querido creerlo, pero hay grupos y orgánicas radicales territoriales que, más que luchar por todos los mapuches, han peleado por sus propias motivaciones, muchas vinculadas al crimen organizado. No sé si esa gente realmente quiere que lleguemos a un acuerdo. No creo que esto calme los ánimos ni termine con los atentados en la Macrozona Sur. No quiero ser negativa, pero que esta propuesta sea una solución para todos, no lo creo. Los que están fuera del sistema, que sienten que el Estado de Chile no los representa, claramente no van a ver esto como una solución. Eso es parte del desafío: estamos tratando de curar esta enfermedad histórica. Aquí es importante aclarar algo: no confundan lo que es una guerrilla anárquica con las legítimas solicitudes que está haciendo la población mapuche. Cristián Grollmus tiene razón: es probable que veamos una crueldad más dura si esta propuesta resulta ser útil para la gente porque se achicaría el grupo de personas que hoy justifican su violencia por este tema.
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