El Sinn Féin parecía estar en camino de lograr una histórica victoria en las elecciones realizadas el jueves en Irlanda del Norte, la que de concretarse marcaría la primera vez en que el partido nacionalista, comprometido con la reunificación irlandesa, supera a los unionistas en la región.
El partido, exbrazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), encabezó el voto de primera preferencia con un 29%, lo que posiciona a su vicepresidenta, Michelle O’Neill, para convertirse en la ministra principal de la región, la primera nacionalista en ocupar el cargo en un vuelco histórico y duro golpe al unionismo.
“Creemos que la unidad irlandesa es el mejor plan, la mayor oportunidad para todos los que vivimos en esta isla. La partición ha sido desastrosa, ha llevado a un conflicto. Pero tiene que ser hecha de una forma que sea planificada, originalmente democrática y totalmente pacífica. Tenemos que empezar a planificar ahora. Creo que el referéndum (sobre la reunificación irlandesa) sería posible dentro de un plazo de cinco años”, dijo al canal TalkTV, la líder del Sinn Féin, Mary Lou McDonald.
Si bien hasta anoche se seguían contando los votos, estaba claro que el Partido Unionista Democrático (DUP) había perdido drásticamente su preeminencia al caer al 21,3% en el voto de primera preferencia. “Un desastre para el DUP”, tuiteó Tim Cairns, exasesor especial del partido.
El centrista Partido de la Alianza también confiaba en haber obtenido una buena actuación en las elecciones de Irlanda del Norte celebradas el jueves, lo que subraya cuántos votantes ya no aceptan las divisiones tribales entre unionistas y nacionalistas tradicionales.
En todo caso no todo está dicho. Se espera que un boicot del DUP pueda retrasar y posiblemente descarrilar la formación de un nuevo Ejecutivo de poder compartido a menos que se eliminen las reglas comerciales posteriores al Brexit para la región, que establecieron una frontera aduanera en el Mar de Irlanda.
El DUP exige que el gobierno de Boris Johnson renegocie el protocolo de Irlanda del Norte con la Unión Europea. Según el diario The Guardian, esto pondría en duda que O’Neill se convierta en la ministra principal de Irlanda del Norte, “pero no alteraría el profundo impacto psicológico de una victoria del Sinn Féin”, indicó.
El resultado es un terremoto político considerando que Irlanda del Norte fue una entidad creada sobre la base de una mayoría unionista, dijo a The Guardian Jon Tonge, profesor de política de la Universidad de Liverpool y autoridad en la región. “Un partido que no quiere que exista Irlanda del Norte y se niega incluso a usar el término Irlanda del Norte se convertirá en el más grande. Es un paso incremental en el largo camino hacia la unidad irlandesa”, indicó.
Los comicios se realizaron en todo Reino Unido y los conservadores británicos perdieron importantes concejos distritales en Londres, lo que significó un duro revés para el primer ministro, Boris Johnson, debilitado por los escándalos.La prensa indicó que se realizaría un cambio de gabinete.
El Partido Laborista, primera fuerza de la oposición, logró el control del altamente simbólico distrito de Westminster, sede del poder político británico, por primera vez desde su creación en 1964. También se alzó con otros bastiones conservadores londinenses como Wandsworth.
Los conservadores estaban anoche en camino de perder unos 300 escaños en las elecciones locales en Inglaterra, mucho menos de lo que se temía. El alto mando conservador se sintió aliviado y alentado, porque los laboristas no lograron avances significativos, especialmente en las áreas de lo que se conoce como la Muralla Norte, es decir, aquellos distritos laboristas del norte de Inglaterra, que los tories les arrebataron en los comicios pasados.
Esto generó preocupación en el laborismo al no poder reconquistar esos distritos. Lo que se sumó a la presión en la que se encuentra su líder Keir Starmer tras divulgarse que violó las leyes de confinamiento.