Han transcurrido poco más de siete meses desde que los residentes de los edificios Kandinsky, Miramar y Santorini Norte de Viña del Mar tuvieron que dejar intempestivamente sus departamentos por el peligro que les significaba seguir residiendo en el lugar a causa de dos socavones: el primero ocurrido en agosto y el segundo en septiembre, ambos durante 2023, provocados por las intensas lluvias y el colapso del colector Reñaca Norte, dejando a cerca de 200 familias afectadas.
Exactos 221 días después del primer suceso las obras de reparación, correspondientes al relleno de los socavones, el colector definitivo y el colector provisorio, han avanzado lento según acusan los residentes. Mucho más lento que el deseo de volver a sus hogares, especialmente los afectados del Santorini Norte.
¿Por qué? Los residentes de dicho edificio miran con especial atención que la puesta en función del colector provisorio, que tiene como objetivo la recolección de las aguas lluvias, permitiría reducir el perímetro de la zona de peligro que hay hoy en torno a los tres edificios, lo que les favorecería, porque quedarían fuera de la zona de exclusión y habilitados de volver a sus hogares.
Pero para que esto ocurra hay muchos pasos que todavía se deben dar. De hecho, si bien la determinación depende de la Delegación Presidencial de Valparaíso, también están involucradas las acciones que tomen el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
Y es que a pesar de que los tres edificios están cercanos entre sí, sus situaciones no son las mismas. Mientras los edificios Kandinsky y Miramar se encuentran con menos posibilidades de volver prontamente dadas sus ubicaciones -entre socavones 1 y 2-, el Santorini Norte está al límite del perímetro establecido por la Delegación como zona de peligro, y por lo tanto no habitable. Dentro del cronograma presentado por el MOP -encargados de las obras-, el colector provisorio, que reemplazaría al definitivo, sería el primero en estar listo. Sin embargo, eso ha demorado.
Los vecinos señalan que les habían dicho que el colector provisorio estaría listo en enero de 2024. Por su parte, el MOP asevera que está listo desde principios de marzo y funcionando correctamente. Sin embargo, añaden, “se ha optado por aumentar el nivel de seguridad y por ello en estos momentos se están haciendo trabajos adicionales, los cuales estarán concluidos a fin de mes, incluyendo pruebas con caudales mayores a los que se han probado”.
Pero, como se ha dicho, este no es el único paso pendiente. Según explica el director del Sernageomin, Patricio Aguilera, el 14 de marzo el MOP les informó que las obras del colector provisorio estaban listas. También da cuenta de que los informes de estructuras y estabilidad de las obras ya les fueron entregados por la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP y al comité técnico. Sin embargo, hasta el momento el servicio no ha sido notificado por el ministerio del término definitivo de las obras del colector provisorio. “Una vez notificados podríamos proponer la reducción de la zona de peligro. Esta disminución dejaría, efectivamente, fuera de la zona de peligro geológico al edificio Santorini Norte”, explica Aguilera.
Con todo, desde el MOP, a partir del cronograma elaborado para las obras, señalan que se encuentran dentro de la planificación original. Y que, además del colector provisorio, están enfocados en los rellenos de los socavones y en el colector definitivo. Según la entidad, el relleno del socavón 1 está 20% avanzado y lo restante se ejecutará luego de la construcción del colector definitivo, ya que se emplazará sobre este. Y que el relleno del socavón 2 tiene 65% de avance, proyectado a terminarse en abril. En cuanto al colector definitivo, este debiera estar concluido a fin de noviembre. Mientras, desde la Delegación Presidencial porteña no hubo respuestas a las consultas de La Tercera.
La incertidumbre
“Según lo señalado por las personas que están en las obras todas las pruebas del colector provisorio se efectuaron exitosamente, pero la autoridad elude darnos respuestas certeras y actuar diligentemente”, señala Pilar Arce, integrante del comité del edificio.
Los vecinos, además de no poder entrar a sus hogares con normalidad, también han denunciado en varias ocasiones los problemas de seguridad que han tenido para resguardar sus propiedades. En el edificio Kandinsky, por ejemplo, han denunciado que en una ocasión llegaron a ingresar a robar 32 de los 36 departamentos.
El presidente del Comité de Administración del Edificio Kandinsky, Juan Carlos Aguilera, se queja además de la falta de formalidad en la comunicación de los avances de las obras por parte de las autoridades. “De muchas cosas nos hemos enterado por la prensa (...) transcurridos más de siete meses no hemos visto ningún documento formal que nos dé cuenta del detalle de las obras”. Por ese motivo, dice, tuvieron que solicitar una reunión con el MOP, lo que a su juicio “no debería ser la forma, ya que estamos hablando de más de 200 familias afectadas que llevamos más de medio año fuera”.