“Si Rusia no invade (a Ucrania), nos sentiremos aliviados de que Rusia haya cambiado de rumbo y haya demostrado que nuestras predicciones estaban equivocadas”, dijo el jueves el Secretario de Estado norteamericano Tony Blinken. Pero tanto él como el Presidente Joe Biden dejaron muy claro que creen que el mandarario ruso, Vladimir Putin, ha elegido la guerra.
Ucrania se ha convertido en el foco de atención geopolítica en las últimas semanas producto de la acumulación de tropas rusas a lo largo de sus fronteras y una lista de demandas del Kremlin que han gatillado amenazas de sanciones por parte de Occidente y el despliegue militar de los aliados de la OTAN. Mientras continúan los intentos de desactivar la crisis diplomáticamente, los líderes mundiales se han embarcado en una serie de visitas internacionales en los últimos días para tratar de resolver el enfrentamiento. Estados Unidos ha dicho que Rusia está planeando fabricar un pretexto para una invasión de Ucrania y que un ataque de Moscú podría tener lugar en cualquier momento, algo que el Kremlin ha negado.
Este pretexto pareció haber llegado ayer cuando el líder de la República Popular de Donetsk (RPD), Dens Pushilin, que está respaldado por el Kremlin, anunció una evacuación masiva a Rusia de la población de esta localidad en el Donbas (este de Ucrania).”Las fuerzas armadas enemigas están en formación de ataque y dispuestas para tomar Donbas por la fuerza”, denunció.
En ocho años, la guerra entre Kiev y los separatistas apoyados por Moscú han dejado más de 14.000 muertos. La violencia de los enfrentamientos disminuyó cuando se firmaron los acuerdos de Minsk en 2015 entre Rusia y Ucrania, con la mediación de Francia y Alemania. Pero el acuerdo político que permitiría poner fin al conflicto está en un punto muerto y cada bando se acusa mutuamente de bloquear el proceso de paz.
El canciller ucraniano, Dmytro Kuleba no tardó en salir a negar la información de un posible ataque al Donbas. “Rechazamos categóricamente los informes de desinformación rusos sobre las supuestas operaciones ofensivas. Ucrania no lleva a cabo ni planea ninguna acción de este tipo en el Donbas. Estamos totalmente comprometidos con la resolución de conflictos de forma diplomática”, dijo en su cuenta de Twitter.
Poco después, surgieron reportes de la activación de sirenas de la defensa civil de Donetsk, al tiempo que los habitantes recibieron un mensaje de texto en el que se les decía que debían evacuar, por lo que muchos acudieron a los cajeros automáticos. Después, la agencia RIA Novosti reportó una explosión en un auto en las inmediaciones de la sede de gobierno de Donetsk, que sería del jefe de la milicia.
Para los analistas los incidentes de ayer se tratan de una estrategia del Kremlin e incluso a muchos les recordó a lo ocurrido en los días previos de la guerra en Georgia en 2008. Es más, el domingo pasado un informe del Centro de Estrategias de Defensa publicado en el diario Ukrainska Pravda adelantó que era plausible que el Kremlin organizara “un evento desencadenante, una provocación planificada, por ejemplo, en el este de Ucrania”. “El objetivo de estas acciones es legitimar la entrada de tropas rusas en el territorio de Ucrania o una escalada armada en el frente. En general, el agravamiento de la situación en el este de Ucrania es muy probable”, añadió.
“Hoy (ayer) se hace evidente que se está preparando una fase candente a la ‘respuesta’ de Rusia con respecto a la escalada en el Donbas. Pero, curiosamente, Moscú parte de la creencia de que todo se alineará por sí solo para que tal operación parezca ‘legítima’ en respuesta a la violencia. Sin embargo, hay un ‘pero’. Putin acaba de instar a Kiev a iniciar negociaciones con la LNR (República Popular de Luhansk) y la RPD (República Popular de Donetsk). La posición de Ucrania, que se niega a negociar con ambas, es comprensible, pero en las condiciones actuales puede abrirse cierta ventana. Kiev puede declarar inesperadamente que está lista para tales negociaciones por el bien de la paz. Esto definitivamente confundirá las cartas del Kremlin y hará que los cálculos iniciales para la ‘escalada’ sean más difíciles de implementar. Aunque, me temo que esto no salvará la situación”, indicó en su cuenta de Telegram la analista rusa Tatiana Stanovaya.
¿Posible invasión?
Desde el sabado pasado el número total de tropas rusas a lo largo de las fronteras de Ucrania, incluidas las de Bielorrusia y los territorios del este de Ucrania (Donbas) y Crimea, es de 87 grupos tácticos de batallón, alrededor de 147.000 efectivos de servicio. Esta cifra incluye personal aéreo y naval.
Estas tropas están equipadas con el armamento y los vehículos adecuados, así como unidades de apoyo logístico y médico. Sin embargo, dice el reporte del Centro de Estrategias de Defensa de Ucrania, hasta el momento no hay señales de que cuenten con los refuerzos adicionales necesarios para una ofensiva a gran escala. Se ha establecido un sistema de mando y control conjunto y está funcionando tanto en Bielorrusia como en Rusia.
Si bien no se descarta por completo una agresión militar. El centro de estudios señaló que no existe ninguna acción activa en Rusia para preparar los cientos de miles de tropas necesarias para una ofensiva a tan gran escala. Tampoco hay medidas significativas para crear reservas estratégicas y movilización en los centros de despliegue del Ejército ruso. Además, existe un consenso de que una invasión tendría consecuencias extremadamente negativas para Rusia, no solo para el Kremlin.
En la misma línea, el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha dicho que la movilización de Putin es una forma de guerra psicológica que se contrarresta mejor manteniendo la calma.
“Putin utiliza la acumulación militar para obtener concesiones de Ucrania y Estados Unidos. Sobre Ucrania, quiere que Kiev acepte su interpretación de los Acuerdos de Minsk, que afirma que Rusia no es un agresor sino un mediador y que hay un conflicto interno en el Donbas. Quiere que Ucrania declare que será neutral y que no buscará ser miembro de la OTAN. Putin quiere establecer un control de facto sobre Kiev, ya que la Ucrania democrática que se parece al estándar occidental es una amenaza para su régimen autocrático”, dijo a La Tercera, Orysia Lutsevych, investigadora jefa del centro sobre Ucrania de Chatham House.
“Putin quiere obligar a EE. UU. con la amenaza de usar la fuerza para hacer retroceder la cooperación militar y política con Ucrania, retirar toda nueva presencia militar de la OTAN en Europa del Este, reconocer el derecho de Rusia a imponer una soberanía limitada en los países de la periferia rusa”, añadió.
“Las intenciones de Putin son obligar a la OTAN a posponer o incluso poner fin a los planes de entrada de Ucrania en la alianza militar. La OTAN se percibe tradicionalmente como una alianza poco amistosa con Rusia y Putin cree genuinamente que tenerla tan cerca socavaría su propio prestigio y apoyo político. Sin embargo, creo que es poco probable que Rusia inicie ahora una invasión a gran escala. Lo que estamos observando es más bien una demostración de fuerza,para poner nerviosos a Ucrania y al resto”, indicó a La Tercera, la politóloga rusa e investigadora del Instituto Aleksanteri de la U. de Helsinki, Margarita Zavadskaya.
“Los pasos actuales muestran claramente las intenciones del gobierno de Rusia de presionar a Ucrania y doblegar su voluntad política, propagar la histeria y hacer que los políticos occidentales y ucranianos hagan concesiones. Pero, en realidad, las acciones de Rusia pueden verse como los intentos de último recurso para hacer que Occidente escuche lo que quiere”, añadió.
Si bien existe el consenso que la crisis está lejos de terminar, los expertos señalan que un escenario de “invasión híbrida sin un componente militar” siguen siendo altos en muchas áreas debido a la desinformación, la agitación política, el socavamiento de la confianza y las acciones físicas: ataques terroristas, operaciones de sabotaje, ataques cibernéticos a infraestructura crítica.
“Muchos escenarios, incluida una gran agresión, son posibles en este momento. Deberíamos observar las acciones rusas, no creer en la retórica rusa. Se sabe que el Kremlin no respeta la verdad. Rusia librará una guerra de desgaste que puede incluir operaciones militares limitadas para obligar a Kiev a incorporar a las ‘repúblicas’ RPD/LNR creadas artificialmente, en el cuerpo principal del Estado ucraniano; también es posible una intensa presión sobre la comunidad transaltántica para que reduzca su presencia y cooperación con países en las inmediaciones de Rusia”, concluyó Lutsevych.