Ya se califica como una “segunda pandemia”, e incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) lha advertido sobre los impactos negativos de las patologías postergadas por falta de atención médica oportuna.

En el país, y acorde a la más reciente actualización de los números de pacientes en lista de espera, hoy existen 1,6 millones de personas a la espera de una o más consultas con un especialista. Mientras que otras 260.315 esperan una o más intervenciones quirúrgicas.

Sin embargo, aunque el aumento de pacientes a la espera ha sido menor a lo esperado -debido al subdiagnóstico y la detención de la actividad médica causada por la pandemia-, quienes ya estaban a las listas han visto crecer considerablemente el promedio de tiempo que permanecen en ella.

Espera al alza en pandemia

Según los datos publicados por el Ministerio de Salud, si a marzo de 2020 el promedio de días de espera para acceder a un médico especialista era de 379 días, a marzo de este año ese número aumentó en 520 días promedio. La variación es de un 37% y este aumento equivale -en tiempo- a casi cinco meses extras.

La situación es más crítica en cuanto a las cirugías. Y es que a diferencia de las consultas, en los períodos más complejos de la pandemia, la actividad de pabellón ha debido ser suspendida para que los quirófanos y salas de recuperación alberguen las camas críticas necesarias para cubrir la demanda por Covid-19.

Si hasta antes de la pandemia, en promedio, un paciente aguardaba por 348 días para acceder a una intervención, a marzo de 2021 esa cifra creció a 558 días: un alza de un 60%, que en tiempo equivale a un aumento de siete meses en la espera.

Territorialmente, quienes registran una más alta espera son los pacientes atendidos en los recintos asistenciales del Servicio de Salud Metropolitano Norte, quienes por una consulta médica con un especialista pueden llegar a esperar un promedio de 771 días, o más de dos años. Sin embargo, en los rangos de espera, existen al menos 26.572 casos -pacientes con una o más patologías- que han estado en la lista por más tres años.

En el caso de las intervenciones quirúrgicas, en el Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota la espera para pabellón es de 714 días.

Frente a ello, y a inicios de esta semana, la Subsecretaría de Redes Asistenciales levantó la prohibición -a propósito de la alta demanda asistencial- de la cirugía mayor ambulatoria GES. Es decir, las que impliquen un día o menos de recuperación en el hospital o clínica.

Y si el volumen de pacientes en UCI continúa cediendo, ya se analiza permitir el retorno de las cirugías electivas que engrosan las listas de espera. Sin embargo, eso requiere ir evaluando día a día la situación epidemiológica, ha comentado el subsecretario Alberto Dougnac.

Funcionarios del hospital Carlos Cisternas, realizan labores en la sección de urgencia del recinto hospitalario de Calama. Foto: Agenciauno

Perjuicio a la salud

“El impacto más grande que vamos a ver es un diagnóstico tardío de muchas enfermedades”, asevera el director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, Héctor Sánchez.

El académico, que sigue de cerca el tema, ejemplifica que “si son cánceres, por tomar una de las enfermedades que más empeora la calidad de vida, podrían terminar diagnosticándose en el momento en que haya avanzado la enfermedad a niveles en que ya no es tratable. Y en el caso de la patología crónica, de tipo cardiovascular, y que pueden derivar en infartos, accidentes cardiovasculares, las consecuencias son muy complejas si no hay tratamiento o consulta oportuna”.

Si tras la vacunación del 80% de la población comienza el retroceso del virus, Sánchez advierte que “el exceso de fallecimientos por otras causas, diferentes al Covid-19, puede ser muy importante en los próximos años en nuestro país. Y mi apuesta es que ya a fines de 2021 se puede empezar a notar este indicador”.

Una imagen del proceso de vacunación en el Velódromo del Nacional. Foto: Mindep.

El académico en salud pública de la U. de Santiago (Usach) Claudio Castillo precisa que, en muchos casos, un paciente está a la espera de la resolución de más de un problema de salud. Y en ese caso, en contexto de pandemia, debería priorizarse la atención en base a factores de riesgo y definir una lista de espera en base a otros factores que afecten la salud.

“Una persona debiera esperar un tiempo máximo razonable, dependiendo de sus propias características y los riesgos que implica, edad, sexo, si está afectado por otras enfermedades o consume medicamentos, y de la patología causante, ya que la mortalidad, la discapacidad y el impacto en calidad de vida son diferentes al considerar todos estos factores”, propone Castillo.

El experto en salud pública expone que “no solo es importante saber cuántas personas están en espera, sino también el tiempo, las barreras de acceso que no les han permitido resolver el problema de salud, cómo afecta su salud mental, la imposibilidad de volver a trabajar, lo que termina convirtiendo las listas de espera en un problema de legitimidad y equidad de todo el sistema de salud. Es un problema de equidad, porque las listas de espera existen en el sector público y no en el privado”.