Un regreso con acento patrimonial, pero que mezcla tendencias del género urbano. O sea, un poco de ayer, condimentado con una pizca de hoy. Esas características son las que definen a las fondas para este 18 de Septiembre.

Si bien no es nuevo que las Fiestas Patrias ya no solo presenten componentes heredados de la cultura popular chilena, para su aniversario N° 150, las ramadas de la capital presentarán este año una fusión de géneros musicales que tienen como eje central a la música urbana, temáticas asiáticas y gastronomía que busca cuidar el medio ambiente.

Así lo explica Giorgio Varas, director de Artemedios, productora encargada de llevar la organización de la emblemática fonda del Parque O’Higgins, luego de su regreso tras dos años de pausa por la pandemia: “Este año volverá la cueca, pero también el reggaetón, la cumbia y el rock. Hemos organizado una parrilla musical que responda a los gustos de toda la familia, tanto para grandes como para chicos. Es por eso que Pailita fue un artista que incluimos porque sabemos que cumple con ese componente familiar que nosotros estábamos buscando”, esboza.

El pasado 17 de agosto, la Municipalidad de Santiago, junto a la Corporación para el Desarrollo de Santiago (Cordesan) y Artemedios anunciaron la parrilla programática de artistas que serán parte de la edición 2022 del evento que tendrá lugar por cinco días en el parque comunal. Artistas como Chico Trujillo, Santa Feria, Los Viking 5, La Sonora de Tommy Rey, Tomo Como Rey, C-Funk encabezan la lista de más de 60 shows que se tienen presupuestados en cuatro escenarios dispuestos a lo largo del parque. Sin embargo, uno de los nombres que llamó la atención por parte de fonderos históricos y cuequeros en esta edición fue Pailita, artista nacional urbano que en el último año se ha posicionado como uno de los exponentes del trap más escuchados en Chile, junto a Marcianeke, Polimá WestCoast y Cris Mj.

Pese a que el evento promete satisfacer los gustos de las miles de personas que se tienen presupuestadas en las ramadas, ciertos grupos de fonderos tradicionales han criticado la presencia del artista urbano por “no tener relación con la patria chilena, ni con el espíritu de la música de una fonda popular”.

Marcelo Contreras, periodista y crítico musical difiere con esta visión. Para el experto, la presencia de exponentes urbanos en las ramadas y fondas le parece de “lo más lógico. Me resulta curioso que haya una reticencia por parte de cierto grupo a este tipo de música, pero también lo puedo entender por el choque generacional. Pero hay que entender que estos son los artistas que mayor demanda tienen en este minuto, al igual que pasó con el rock and roll y la cumbia en su minuto, y como las ramadas son instancias transversales que aluden a todo tipo de público, deben tener música que le guste al adolescente, al joven y al adulto”, explica Contreras.

Según el columnista, otro factor que respalda la elección de artistas urbanos en las fondas de este año, es el consumo de Chile en torno al reggaetón, situación que ha llevado al país a ser considerado “La Capital del Reggaetón”, al pasar de ser un lugar importador de música urbana a desarrollar una escena propia al liderar desde 2018 los streams de reggaetón en Spotify a nivel mundial.

“Chile siempre ha sido permeado por música latinoamericana; la música internacional es parte de nuestro paisaje. En su tiempo en las fondas se bailó rock y eso a algunos folcloristas les parecía un acto ofensivo. Hoy pasa un poco lo mismo con el trap y el reggaetón, sobre todo porque son géneros que se vinculan con la droga y la delincuencia. Pero, pese a todos esos factores, esta música representa a una generación y son una forma de representación de la chilenidad”, sostiene Contreras.

Chilenos, latinos, coreanos

Si bien la música es un factor clave para festejar las Fiestas Patrias de este año, también lo es la ambientación que se utilice.

Así lo define Paulina Orellana (24), ingeniera informática que está detrás de la producción de la “Fonda Otaku”, que tendrá lugar en Maipú el sábado 17 y domingo 18 de septiembre. “La primera edición de la fonda se realizó en 2016 en el Centro Arte Alameda. La idea surgió porque en ese año no había nada similar para festejar el 18 de Septiembre, porque mezclar Chile, con Japón y, además, el animé era una cosa muy rara. Frente a eso, junto a la productora Kawaii Eventos, de la que hoy soy parte, decidimos lanzarnos y crear este proyecto. Ya van cuatro versiones de la fonda y con esta sería la quinta”, sostiene Orellana.

El evento busca ser una mezcla de la cultura chilena y asiática, enfocado principalmente a Japón y Corea. Las actividades varían entre juegos y bailes típicos de Chile, además de stands dedicados a la venta de dulces, ramen y pulpo que suelen ser lo tradicional de los otros países. Según Orellana, si bien la fonda está inspirada en un cierto nicho, “es para todas las edades y estilos generacionales”, pues si bien tiene un componente innovador en su forma, lo esencial que se busca es un ambiente familiar.

“Creo que siempre hay que adaptarse a los nuevos tiempos; siento que esta fonda, al mezclar componentes nacionales y extranjeros ayuda a que un grupo de la juventud que tal vez no se sentía tan conectada con las fiestas nacionales sí lo hagan ahora que ven un componente que a ellos les gusta o les interesa”, recalca.

En su última versión, la ramada contó con más de 2.000 personas por día. Pero la ingeniera espera que para este año, pese a las restricciones sanitarias, la afluencia de gente sea mayor. El evento contará con 60 expositores y las 300 primeras entradas serán gratuitas.

Si bien la “Fonda Otaku” es una de las más grandes dentro de la Región Metropolitana, otros eventos han tomado características similares para festejar este 18 de Septiembre. En Matucana 100 se desarrollará la “Not Fonda” que promete ser un espacio donde confluyen la música electrónica así como géneros peruanos y latinos. Mientras que la “Fonda Pearl Jam”, en la comuna de La Florida, busca ser un evento para amantes del metal y rock.

Sello verde e innovación

Dentro de la fonda que tendrá lugar en Parque O’Higgins, otra de las características que resaltará este año será la innovación de cero carbón en las parrillas, el que será sustituido por gas.

Para el director de la productora, esta innovación ya se venía aplicando en los últimos años a través de una metodología de 50% gas y 50% carbón. Sin embargo, este año se tomó la decisión de cambiar los números para “contribuir con el medio ambiente y ser una fonda sustentable, como no se había visto antes”.

“Innovar no es lo mismo que perder. Nos vamos a reencontrar con lo mejor de nuestras tradiciones junto con propuestas gastronómicas que responden a las tendencias actuales, en un ambiente de celebración familiar, segura y sustentable con el medio ambiente”.

En esa línea, Varas recalca que la gastronomía también tendrá su variación, pues si este año las empanadas y anticuchos tendrán su lugar dentro de la celebración, los food trucks, comida gluten free y para vegetarianos estará presente como parte ya de la tradición.

Frente a este escenario, el periodista y columnista de gastronomía, Álvaro Peralta, comenta que, a diferencia de lo que pasaba hace 20 años atrás, la fonda hoy “debe tener un reflejo entre lo que se ofrece y lo que comen estas nuevas generaciones. Es probable que este año haya un desarrollo de la oferta interna puesto que la comida también es un reflejo de cómo somos nosotros. La gastronomía ha cambiado demasiado como para que se mantenga pura y solo fiel a las tradiciones patrióticas. Vamos a llegar a una mixtura de culturas que se verán reflejadas en la comida y que este año se verá, por ejemplo, tacos, arepas y cervezas tradicionales más que el terremoto o la chicha”, afirma.

Escenario que comparte Carlos Reyes, escritor y crítico gastronómico, quien comenta que la adaptación de este tipo de platos también forma parte de una chilenidad.

“Hace un tiempo atrás el choripán no era considerado un plato para una fonda, ni tampoco la comida vegetariana; todo corresponde a un mestizaje. La chilenidad gastronómica no es algo que esté fijo, sino que va evolucionando, pero puede que con el tiempo sean considerados platos típicos de Fiestas Patrias”.