Khreshchatyk, la calle principal del centro de Kiev, mantiene su ajetreo habitual: la gente compra, pasea, y de fondo los televisores muestran al Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky llamando a la calma, y proponiendo a las potencias europeas y Rusia una reunión conjunta para negociar un acuerdo entre todos. Un poco más alejado del Dniéper, el río que divide la capital ucraniana, un grupo de estudiantes de física se junta para hacer ejercicios, prácticas militares, que en un rato terminarán para tomar sus mochilas y entrar a clases.

A medida que las conversaciones entre la OTAN y Rusia avanzan, la posibilidad de una invasión por parte de Moscú oscila: a veces el desacuerdo asusta, a veces aparece un canciller y dice que las conversaciones son “prometedoras”. Los 130 mil soldados rusos, por su parte, no se han movido en estas últimas semanas, y su presencia en la frontera ucraniana sigue igual de amenazante.

Por esto mismo, la embajada de Chile en Polonia, que es concurrente en Ucrania, mandó un comunicado a todos los chilenos que estén en este último país: “Mándenos un mail para saber cuántos son y dónde están”. Hasta el jueves, se sabía de 32 compatriotas. Algunos de ellos conversaron con La Tercera sobre la situación en el país eslavo.

Felipe Albornoz y su esposa Tetyana Pohotovka en Ucrania.

Felipe Albornoz (36) es de Viña del Mar, y llegó en 2018 a trabajar en Ucrania. Actualmente tiene un canal en YouTube, “Latinoamérica y Ucrania”, y ha seguido con cautela el desarrollo del conflicto. “Personalmente me estoy preparando, en caso de que haya una guerra. Al menos sé hacer pan amasado y empanadas, así que nos vamos a batir con eso. No estamos así como relajados, como dicen las autoridades que hay que estar. Igual hay que ser previsor”. Albornoz vive con su esposa e hija en Kiev, y al menos por su parte, decidió abastecerse con harina, no perecibles y velas, entre otras cosas.

Respecto al ánimo de los ucranianos, comenta que el ánimo está dividido. “Hay gente que está tranquila, otros preocupados, hay gente que cree que no va a haber conflicto acá en Ucrania. Hay otros que se sienten seguros con la protección que pueda brindar Estados Unidos, de apoyo militar, y confían en eso”, opina el técnico agrícola.

Alejandro Carvallo (45), ve a los ciudadanos un poco más inquietos: “El ánimo de los ucranianos es que no abandonaran su ciudad y de que están dispuestos a pelear. Hay una estadística que dice que el 50% de los ucranianos están dispuestos a ir a la guerra por su país, porque han sido pisoteados eternamente por Rusia. Es triste para ellos, porque llevan ya ocho años en guerra, en una guerra muy larga y desgastada, pero no están dispuestos a entregarse”.

Para peor, Carvallo -quien llegó este mes a Chile de vacaciones, pero vuelve en febrero a Ucrania- indica que los rusos se han apostado en Bielorrusia, lo que apunta a una amenaza para Kiev. “Son 250 kilómetros que distancian la frontera con Bielorrusia, una cosa muy simple para ellos de entrar”, dice. De todos modos, señala que muchos veteranos de la guerra del 2014 están dispuestos a tomar las armas: “Además hay fuerzas civiles, que son fuerzas que se preparan ahora, son voluntarios civiles. De hecho, tengo un amigo abogado que fue a la guerra, y te enseñan a manejar las armas, o si tienes conocimiento, te enseñan a hacer prácticas de guerra. Eso están haciendo los voluntarios ahora”.

De hecho, la policía ucraniana envió un comunicado a sus ciudadanos en los siguientes términos: “Kryshchenko -jefe de la policía kievita- pidió a los residentes de Kiev que mantengan la cabeza fría, no entren en pánico, realicen un entrenamiento estándar en tales situaciones, recopilen documentos, ropa de abrigo, dinero en efectivo y un botiquín de primeros auxilios en un solo lugar. Aquellos que deseen unirse a la defensa, comuníquense con el servicio de referencia de la Administración Estatal de la Ciudad de Kiev”.

A pesar del respaldo que la OTAN ha brindado al país, con envío de buques y cuadrándose con la posición ucraniana, Carvallo asegura que no es suficiente para ellos. “Se sienten un poco desprotegidos y que no tienen suficiente apoyo, porque se necesitan militares preparados, no solo armas. Las armas llegan y hay que preparar a los militares para usarlas, no es tan simple”, señala el abogado originario de La Serena.

Miembros de las Fuerzas Armadas de Ucrania participan en simulacros de despliegue de tropas en Odessa. Foto: Reuters,

Desde Odessa, en el sur de Ucrania y a orillas del Mar Negro, un compatriota que habló con La Tercera, pero que pidió no ser identificado por razones de seguridad, afirma que las inquietudes de los ciudadanos son otras. “No hay miedo, más bien indiferencia. Hay preocupación por el futuro inmediato, por la ya alicaída economía que sigue cayendo. El dólar se ha disparado al igual que los precios de los productos de primera necesidad, el gas, transporte, energía eléctrica”.

Jaime Rosales (39) llegó a Concepción el viernes pasado, pero viaja entre Ucrania y Chile desde 2016 por su trabajo como astrónomo. “Puedes ver que la gente sigue caminando por Khreshchatyk, que es la calle principal del centro de Kiev. Un poco más lejos de ello aún se ve la gente paseando sus bebés, o sea, es bastante tranquilo, incluso uno puede ir a los parques. Lo que sí, es que sienten un poco de pena, que ciertas zonas sean atacadas con los rusos, que ellos mientan diciendo que no atacan y que son los ucranianos, y ocurre esa discordia”, relata. También señala que no hay desabastecimiento, pero que se comenzó a comprar harina a Turquía.

Lo que sí afirma con certeza son las prácticas militares que realizan los estudiantes de la universidad en que trabaja, tanto hombres como mujeres, algo que ya es habitual. “Un tiempo atrás hicieron cambios en el tema del reclutamiento para el servicio militar, que sería obligatorio para las mujeres mayores de 18, hasta los 50. No se confirma aún del todo, pero se están viendo esas posibilidades. Creo que va un poco de la mano con las reacciones que ha tenido Rusia”, apunta Rosales.

Alejandro Carvallo en el Museo Nacional de Aviación de Kiev.

Todos coinciden en que las autoridades buscan tranquilizar a la población: “Los mensajes que han enviado los políticos hasta la fecha han sido de calma, de paz, que no se preocupen, que no se alteren. Básicamente han estado en eso: no han estado llamando a guerra, ni nada por el estilo, incluso siempre los ucranianos están intentando que estos temas bélicos no sigan”, dice Rosales.

“El presidente ucraniano dijo que estaba preparado y que no tenía miedo”, señala Albornoz. Sobre los medios de comunicación, indica que su postura es que Kiev está preparada para cualquier cosa. “Más el apoyo de la OTAN, se supone que los rusos no deberían tomar el control acá. Y si lo llegaran a tomar, va a correr sangre, yo lo veo así, no se le va hacer fácil a los rusos ni llegarán a Kiev por arte de magia”.

Respecto a los medios, Carvallo también opina: “Para los ucranianos, claramente, se muestran los movimientos de tropas en distintos lugares, hay noticias a cada rato. En Donbás siempre muere alguien, diariamente o varias personas en la semana. Hay un cese al fuego, pero siempre hay ataques por parte de los rusos o los prorrusos, más bien dicho, las fuerzas rebeldes”.

“La postura de los medios ucranianos es la postura de Occidente, otra postura no pueden tener, porque si no los cierran o acusan a sus dueños de traición a la patria, como lo hicieron con el dueño de uno de los tres canales que cerraron el año pasado, de apellido Medvedchuk”, explica por su parte el residente de Odessa.

Alejandro Carvallo a orillas del río Dniéper, en Ucrania.

Si habrá o no guerra, las opiniones son disímiles. Rosales confía en que el conflicto se destrabe por la vía diplomática: “Mi percepción es que no va a ocurrir nada, simplemente es una tensión, como ocurre muchas veces en muchos países, pero no va a escalar más allá. Esto ha pasado siempre en la zona de Donbás y Crimea, porque algunos siguen siendo prorrusos, y quieren ser rusos, pero no creo que vaya a pasar a una cosa tan alta, como que haya una invasión o algo así”.

Aún así, otros países están tomando medidas para proteger a sus ciudadanos en caso de que ocurra lo peor. “Estados Unidos ya contactó, y ya está diciendo a sus ciudadanos que se vayan de Ucrania, que se queden los diplomáticos, que es lo esencial, y que sus familias vuelvan a Estados Unidos. Y hay muchos norteamericanos, se establecía que hay más de 15 mil en Ucrania”, recuerda Carvallo, quien es administrador del grupo Chilenos en Ucrania.

Desde el lado chileno, se comenzaron a contactar con los compatriotas residentes en Ucrania esta semana. “Esta Cancillería recomienda a sus connacionales evitar, o posponer, viajar a ese país hasta que la situación sociopolítica se calme”, señala el comunicado del consulado chileno en Polonia.

Por su parte, Albornoz opina que tarde o temprano el conflicto bélico podría estallar. “Aunque las autoridades te digan que hay que estar tranquilo, que no pasará nada y todo saldrá bien, y que EE.UU. nos va a proteger, eso no es así. Aquí si hay guerra, cortan la electricidad, internet, y obviamente habrá desabastecimiento, y los productos subirán de precio”, apunta el viñamarino, que por lo mismo se está preparando.

El residente chileno de Odessa, en cambio, no se preocupa al respecto. “No tengo ningún plan, ya soy un convencido de que Occidente no logrará sus objetivos, y porque Rusia ha dicho en todos los términos que no ha planeado, que no planea y que no planeará una invasión a Ucrania”, señala. “Todo lo que pudiera pasar ya pasó durante estos últimos ocho años”.