Los informes de salud que desde hace un mes dan cuenta de un aumento en los casos de Covid-19 han causado preocupación en los últimos días. Las cifras llegaron a duplicarse en un mes: de acuerdo a la última actualización, entre el 5 y 11 de noviembre se registraron 4.087 nuevos contagios, lo que configura un promedio diario de 584 casos.
En 2020, sin vacunas y con virus todavía desconocido, estas cifras habrían tenido un impacto totalmente distinto al que tienen hoy. En ese entonces, cuando hubo situaciones así, las consultas se vieron saturadas y las hospitalizaciones aumentaban significativamente. Pero ahora, a más de tres años de la crisis sanitaria que paralizó al mundo y a Chile, solo hay 22 pacientes en alguna unidad de cuidado crítico del país, un panorama muy distinto al experimentado hace no mucho, cuando en algún momento hubo más de 3 mil personas requiriendo cuidados intensivos.
“Tanto la inmunidad natural como la inmunidad adquirida por las vacunas hicieron que las complicaciones asociadas al virus sean mucho más bajas que las que vimos hace algún tiempo. Por lo tanto, vamos a ver aumentos de casos, incluso mayores que el actual, sin que necesariamente vayan seguido de un alza en la carga de la red asistencial”, explica Jorge Ramírez, académico del Programa de Salud Global de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile. Esta es, según el especialista, una de las principales características que explican que “el Covid-19 se parezca mucho más a los virus respiratorios habituales que conocemos”, como la influenza o el sincicial.
María Luz Endeiza, infectóloga pediátrica y jefa del Vacunatorio de Clínica U. de los Andes, coincide en que el Covid ahora “es otro virus que quedó en Chile y en el mundo, que no se va a ir más y que va a tener sus peaks estacionales que aún están acomodándose”. Y ejemplifica que en las últimas semanas también se registraron alzas de otras patologías virales, como la parainfluenza. Eso es lo que irá ocurriendo con el coronavirus.
No por nada, argumentan los expertos, la alerta sanitaria terminó el pasado 31 de agosto, después de más de tres años vigente, y la Organización Mundial de la Salud( OMS) dio por terminada la pandemia.
La importancia de las vacunas
La subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, concuerda que el virus pasó a ser uno más en el sentido que llegó para quedarse, con menos gravedad que en sus inicios. Sin embargo, advierte que hay que tomar las precauciones necesarias: “No hay que relajarse. Hoy estamos en una mejor situación porque nos preocupamos de protegernos, y la forma más importante de hacerlo es con la vacunación”.
En ese contexto, el Ministerio de Salud ya confirmó que desde la próxima semana los grupos de riesgo -mayores de 60 años, pacientes inmunocomprometidos, profesionales de salud y personas con enfermedades crónicas- podrán inocularse con la vacuna monovalente contra la cepa XBB 1.5, la subvariante de ómicron que es la que más circula actualmente, dosis que el Instituto de Salud Pública en Chile autorizó el pasado 3 de noviembre. De hecho, ayer llegó a Chile el primer cargamento con 172.800 dosis.
Eso sí, la subsecretaria aclara que la vacuna bivalente utilizada hasta la fecha sigue entregando protección inmunológica contra el virus, por lo cual quienes cumplieron un año desde su última vacuna con esta dosis y ya recibieron su refuerzo durante octubre o noviembre no requieren que se les administre la nueva dosis.
Asimismo, la autoridad sanitaria explica que esta nueva dosis es parte de la estrategia de inmunización focalizada, tal como lo son otras campañas estacionales que apuntan a ciertas enfermedades, como la de la influenza: “Los grupos que reciben el refuerzo anual son grupos más específicos y que son de mayor riesgo, es decir, aquellos que pueden producir una enfermedad grave debido al contagio. Y vamos a seguir esta lógica de grupos focalizados para el 2024, pero también estamos en conversaciones para analizar si estos grupos se mantienen o se suman nuevos”.
El análisis sobre este refuerzo anual y las conversaciones sobre a qué grupo de riesgo va dirigido y el tipo de vacuna es una evaluación que se hará periódicamente con el Comité Asesor en Vacunas e Inmunizaciones del Ministerio de Salud (Cavei), tal como ya lo hace con otros casos.
María Luz Endeiza, quien precisamente integra el Cavei, agrega que es importante actualizar las dosis, porque “como es un virus que muta harto, uno tiene que hacer vacunas que se parezcan más al virus que circula en el momento. Además, sabemos que la inmunidad que otorgan las vacunas no es permanente, sino que con el tiempo va bajando”.
En ese sentido, según datos oficiales, al 13 de noviembre se han suministrado un total de 62.910.973 dosis de vacunas contra el coronavirus en Chile, y 94,3% de la población objetivo completó su esquema primario y 93, 1% se inoculó con el refuerzo. Con estas cifras, durante los primeros años de pandemia, Chile logró posicionarse como uno de los países que más rápido avanzaron con la inmunización. Adicionalmente se han suministrado 3.950.609 dosis de la vacuna anual bivalente contra el virus, pero no todos se pusieron ese refuerzo, puesto que 1.892.806 personas de 60 años y más han recibido la vacuna bivalente, lo que da una cobertura de un 58,8 %.