“Dos tercios de Angela Merkel y un tercio de Margaret Thatcher”. Así se autodefine Valérie Pécresse, la candidata de la derecha francesa cuya popularidad en las encuestas sigue subiendo como espuma de cara a la primera vuelta presidencial programada para el próximo 10 de abril. Apuesta por sobrepasar a la ultraderechista Marine Le Pen, que perdió en el balotaje en 2017, por lo que podría reemplazarla en su aspiración por arrebatarle el sillón presidencial del Palacio del Elíseo a Emmanuel Macron en la segunda vuelta electoral.

A inicios de diciembre, la decisión estaba tomada en las filas del Partido Los Republicanos (LR) -conglomerado fundado por Nicolas Sarkozy en 2015, como un cambio de nombre de la Unión por un Movimiento Popular de Jacques Chirac- y tras un proceso de primarias en el que obtuvo más del 60% de respaldo de los militantes, Pécresse se alzó como la carta para atraer al votante conservador francés.

“Vamos a restaurar el orgullo francés y vamos a proteger a los franceses. La derecha republicana está de regreso. La derecha de las convicciones, de las soluciones, está unida y parte hacia el combate con una voluntad implacable”, defendió Pécresse, la primera mujer en encabezar una candidatura presidencial de Los Republicanos tras imponerse a Éric Ciotti, que abogaba por una derecha “sin tabúes”.

Valérie Pécresse posa para fotos con sus partidarios después de visitar una sede de la policía en Nantes, el 30 de diciembre de 2021. Foto: AFP

Un largo historial político respalda a Pécresse, una dirigente política de 54 años. Desde 2015 se desempeña como líder de la región parisina (Isla de Francia), pero anteriormente fue consejera de Chirac, profesora del Instituto de Estudios Políticos de París y tres veces electa diputada de Yvelines, en 2002, 2007 y 2012.

Además, tuvo altos cargos en Ejecutivos conservadores, por lo que es vista como “una mujer de Estado” con experiencia en la administración estatal. Entre 2007 y 2011 fue ministra de Educación Superior e Investigación con Chirac (1995-2007). Posteriormente, y por casi un año, fue portavoz del gobierno para luego trasladarse al Ministerio de Presupuesto con Sarkozy (2007-2012).

Los liderazgos tradicionales conservadores han cerrado sus filas ante Pécresse, conocida como La Tigresse (la tigresa), especialmente después que nombró como director de campaña a Patrick Stefanini, quien desempeñó el mismo cargo con el excandidato presidencial François Fillon en 2017. Entre sus asesores también aparece el exmano derecha de Sarkozy, Bruno Retailleau.

Valérie Pécresse habla con periodistas durante una visita a un centro de vacunación contra el Covid-19 en La Baule, el 30 de diciembre de 2021. Foto: AFP

El diario francés Le Monde recordó que, en 1994, el primer ministro Édouard Balladur -el favorito para las presidenciales del año siguiente- condecoraba en los salones de Matignon al abuelo de Pécresse, el psiquiatra Louis Bertagna. En el lugar también estaba Valérie, que con 27 años había realizado su ingreso al Consejo de Estado y se codeaba con los líderes franceses. Al final de la ceremonia, el alcalde parisino le preguntó a la joven: “¿No le interesa la política?”. Ese día, según su libro Et c’est cela qui changea tout (Y eso es lo que cambió todo), plantó una semilla que ahora comienza a tomar forma.

El repunte de los conservadores

Los últimos años turbulentos para gran parte de Europa, y especialmente para Francia, ante el conflicto de los gilets jaunes o “chalecos amarillos”, golpeó los cimientos del macronismo en 2018, cuando multitudinarias manifestaciones contra el alza de los combustibles derivaron en una inusitada presión en las calles en reclamo por políticas sociales.

En medio del conflicto, Pécresse renunció a su partido en oposición al viraje a la derecha de Los Republicanos y asegurando que se retiraba como “mujer libre”. Aunque fue un alejamiento temporal, la candidata se está transformando en un símbolo de la moderación política ante el avance de extremos.

Antes de asegurar su puesto en las papeletas presidenciales, Pécresse anunció en octubre que uno de sus objetivos es eliminar 150 mil puestos del servicio público para disminuir los gastos estatales. De acuerdo con la agencia France Presse, la propuesta no es nueva. Macron abandonó en 2019 la idea de eliminar 50 mil puestos públicos, y en 2017, el candidato conservador François Fillon propuso retirar a 500 mil trabajadores públicos en cinco años.

La candidata presidencial de Los Republicanos hace un gesto cuando llega a visitar un centro de vacunación contra el Covid-19 en La Baule, el 30 de diciembre de 2021. Foto; AFP

“No se trata de degradar el servicio público, ni de romper la recuperación. Para detener la explosión de la deuda y devolverla en 2027 al nivel actual, debemos alcanzar los 45.000 millones de euros de ahorro, a los que sumo 15.000 millones en ingresos por privatizaciones. El Estado no pretende seguir siendo un accionista minoritario en empresas competitivas”, señaló la republicana en entrevista con el diario parisino L’Opinion.

Desde ese momento, Pécresse ha profundizado en sus propuestas, defendiendo que de salir electa, su gobierno estará enfocado en “cuatro reformas estructurales importantes”, las mismas que explica en sus actos: “La jubilación a los 65 años (actualmente la edad mínima para retirarse es a los 62 años), la disminución de las prestaciones por desempleo, la desburocratización del país y la descentralización del Estado”. Todo ello, cuando los pronósticos financieros apuntan a que Francia terminará el próximo año con una deuda pública de 116% del PIB.

Además, la candidata defiende un endurecimiento en las legislaciones para frenar la migración y bajar los niveles de inseguridad social. Dos semanas después de ser electa como candidata republicana, Pécresse viajó a Armenia, donde intentó captar a los votantes católicos.

La candidata presidencial de extrema derecha francesa Marine Le Pen habla con los medios de comunicación durante la inauguración de su nueva sede de campaña en París, el 15 de noviembre de 2021. Foto: AP

Según el portal Swissinfo, la irrupción de la líder conservadora se da cuando la izquierda francesa está más fragmentada que nunca, con un bajo apoyo electoral de acuerdo con las encuestas.

El único candidato de izquierda que supera el 10% de intención de votos en el sondeo del canal BFMTV y la revista L’Express es el representante de La Francia Insumisa (LFI), Jean Luc Mélenchon (12%). Más atrás aparecen los Verdes con el eurodiputado Yannick Jadot (5%) y la alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo (2%). A ellos se podría unir la exministra de Justicia del gobierno de François Hollande, Christiane Taubira (7%), que medita presentarse y que ha apoyado la idea de Hidalgo de organizar unas primarias comunes de la izquierda, petición ignorada por Mélenchon y Jadot.

También hay cierto atasco en la ultraderecha francesa. Patrimonio durante décadas del clan Le Pen -primero el padre, Jean-Marie, después su hija, Marine-, ese espacio lo comparte ahora con el periodista y escritor Éric Zemmour, más radical que Marine Le Pen en sus postulados contra la inmigración. Las encuestas pronostican para ambos un apoyo similar, en torno al 14%-15%, que podría ser insuficiente para adelantar a Pécresse y llegar al balotaje del 24 de abril, como sí hizo Le Pen en 2017, destaca EFE.

Aún sin confirmar su repostulación por otros cinco años en el poder, Macron anunciaría el lanzamiento oficial de su reelección en enero, mismo mes en que Francia asume la presidencia transitoria de la Unión Europea (UE). Sin embargo, para el oficialismo fue una sorpresa el arribo de Pécresse, especialmente porque apostaban a que el líder de La República en Marcha (LREM) se enfrentaría con alguno de los precandidatos de Los Republicanos: Xavier Bertrand o Michel Barnier. Ambos habían endurecido sus discursos en los últimos meses, a diferencia de la candidata conservadora, que tiene más coincidencias con el electorado de Macron, lo que complica la hoja de ruta de LREM, según Le Monde. Una encuesta de Elabe “Opinion 2022″ revela que, en la primera vuelta, Macron está a la cabeza con un 24%, seguido de cerca por Pécresse, con un 17%.

De esta manera, tres son las mujeres -Pécresse, Le Pen e Hidalgo- que intentan acorralar a Macron. El último barómetro de Ifop para el semanario JDD señala que la opinión de los franceses sobre su mandatario permanece estable. No obstante, la mayoría se define insatisfecho con su gestión (55%), pero el índice de satisfacción permanece en un 41%, superando ampliamente a sus antecesores en el mismo período del mandato de cinco años, como François Hollande (2012-2017), que logró un 19%, y Sarkozy, un 34%.

A casi tres meses de los comicios, la campaña electoral ha sido ensombrecida por ómicron, la nueva variante del Covid-19. Justamente, a casi 100 días de los cruciales comicios, el país superó el récord de contagios con más de 200 mil casos diarios y la población presiona por mayores propuestas sanitarias por parte de los candidatos. Hasta ahora, los actos de campaña y caravanas políticas se mantienen en vilo ante el avance del virus.