Hasta este viernes, la ocupación de camas críticas pediátricas a nivel nacional llegaba al 94% y diversos centros asistenciales estaban atochados por la demanda provocada por los virus respiratorios, además que las autoridades confirmaron que cuatro lactantes han muerto a causa de estas patologías invernales. Y aunque pareciera que la crisis y el colapso de la red asistencial ocurrieron de forma veloz, la verdad es que este panorama se viene formando desde finales del año pasado.
Noviembre, Estados Unidos. Los organismos del país, como el Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), ya daban cuenta de un aumento de la circulación de enfermedades como el virus sincicial y la influenza, provocando una alta demanda de urgencias y atenciones hospitalarias. La situación se repetía en otros países como México y Canadá. De hecho, las autoridades locales llamaban a estar atentos frente a una “triple amenaza o tripledemia”, de Covid-19, influenza y virus sincicial.
Por esa misma razón, un mes después la Organización Panamericana de la Salud (OPS) llamó a los países a implementar medidas que han probado ser eficaces para mantener la seguridad de las comunidades, como las vacunas, la vigilancia, el uso de mascarillas y el distanciamiento social.
Y el llamado fue oído por el Ministerio de Salud, que renovó la alerta sanitaria por Covid-19 el 21 de marzo, pero incluyendo los virus respiratorios.
“Se espera un nuevo aumento de virus respiratorios durante el invierno, pero desde una base más alta de casos comparados a temporadas previas a la pandemia, lo que podría sobrecargar el sistema de salud nacional”, decía el decreto.
Así, a través de las secretarías ministeriales regionales, el Minsal podía contratar personal para los diferentes servicios o trasladarlos de establecimientos de salud, según las necesidades de la población. Además, podía adquirir bienes, servicios o equipamiento necesarios para el manejo de la urgencia, quedando liberado del proceso de licitación.
Y la ministra Ximena Aguilera recordó ese capítulo de marzo. “Se previó que podía haber problemas este año y desde marzo que estamos con alerta sanitaria, y esa alerta incluye los virus respiratorios. En virtud del código sanitario y con ese decreto, tenemos todas las atribuciones para ir dando respuesta a la situación, así como se respondió para el Covid-19″, dijo este viernes.
Pero no era la única alerta que se debía tomar en cuenta. Carlos Pérez, decano de la Facultad de Medicina y Ciencia de la Universidad San Sebastián e infectólogo de la Clínica Universidad de los Andes, recalca que los niños más pequeños no tienen memoria inmunológica, lo que los hace más susceptibles a contagiarse.
“Estos virus son altamente transmisibles, especialmente el virus sincicial, y circulan en una población que no ha estado expuesta anteriormente, porque durante los años que tuvimos la pandemia de Covid-19 no habían nacido o no asistieron presencialmente al jardín infantil o al colegio, por lo tanto, se encontraron con este virus muy transmisible”, comenta. Es decir, el número de posibles contagios es muy elevado.
Las medidas preventivas
Frente al panorama sanitario del hemisferio norte, el Comité Asesor en Vacunas e Inmunizaciones (Cavei) del Minsal comenzó a debatir, a principios de año, la importancia de reforzar la comunicación de riesgo y ampliar la vacunación contra el Covid-19 a menores de tres años. Y es que aunque no inmuniza contra el virus sincicial, esta campaña sí ayuda a evitar las coinfecciones.
En ese contexto, Jaime Rodríguez, presidente del comité y jefe de infectología infantil de la Clínica Alemana, asegura que “nosotros insistimos mucho en la comunicación de riesgo, en la vacunación y en el inicio precoz de la vacunación contra la influenza. Afortunadamente, el Covid-19 no ha sido un problema, pero hay que insistir a las personas para que se pongan al día con sus vacunas, pues podríamos tener un brote de influenza”.
Sin embargo, diversos especialistas advierten que la vacunación va lenta. Este año, la campaña contra la influenza comenzó el 6 de marzo y continuará hasta que se cumpla la meta de vacunación del 85% a nivel nacional. La campaña del Minsal está dirigida a funcionarios de la salud, adultos mayores de 65 años, niños hasta quinto básico, embarazadas y enfermos crónicos. Y hasta la fecha, 5.890.680 personas se han inmunizado contra el virus, lo que equivale al 66,3%.
Eso sí, en los niños entre seis meses y cinco años, la cobertura es del 63,5%, pues se han vacunado 822.509 de 1.296.324. Y en los escolares de 1° a 5° año básico se han inmunizado 1.029.447 de 1.264.185 (81,3%).
En ese sentido, la exsubsecretaria de Salud Pública y actual directora ejecutiva del CIPS, Paula Daza, destaca que el panorama actual es también consecuencia de “una mala campaña de vacunación en influenza y Covid-19 que se complejiza con coinfecciones. En las próximas semanas se prevé una situación compleja en influenza y sólo tenemos 54% de personas mayores vacunadas y 61% en niños y niñas de seis meses a cinco años”.
El inicio de la ola
La circulación del Covid-19 hizo que muchos otros virus desaparecieran del mapa debido al uso de mascarillas y a restricciones como el aislamiento. Sin embargo, en 2022 los virus respiratorios reaparecieron y durante los meses más fríos del año volvieron a circular enfermedades como la influenza y el virus sincicial. Los centros asistenciales colapsaron, incluso las vacaciones escolares de invierno se adelantaron y se extendieron a 25 días para hacerle frente a la situación.
Diversos especialistas y autoridades advertían que este año podía ser similar o peor. Y a principios de abril las cifras ya daban cuenta de que la presencia de virus respiratorios diferentes al Covid-19 iban en aumento, incluso más rápido que el año pasado.
De acuerdo a los informes realizados por el Instituto de Salud Pública (ISP), hasta la quincena de abril se habían registrado 4.131 casos de virus respiratorios, lo que configuraba un aumento del 37,3% respecto del año anterior, cuando para el mismo periodo se contabilizaban 3.008 contagios.
De acuerdo a los datos nacionales analizados por los investigadores de la Unidad de la Investigación y Epidemiología Clínica de la Universidad Finis Terrae, a partir de la semana 19 -la segunda de mayo- se ha observado un aumento significativo del virus respiratorio sincicial, lo cual ha llevado a un incremento en las hospitalizaciones de lactantes.
Franco Díaz, académico de la Finis Terrae e integrante de la unidad de investigación, afirma que “en la semana epidemiológica 19 nosotros habíamos alertado que la curva de circulación viral había tomado un ascenso muy extraño para la época y que estaba siendo muy pronunciado. También habíamos proyectado que superaríamos el peak histórico y eso es exactamente lo que estamos viendo en la actualidad, y hace tres semanas que sabíamos que la capacidad de respuesta de las hospitalizaciones iba a ser sobrepasada”.
Los informes del Instituto de Salud Pública también revelaban un aumento de hospitalizaciones desde hace más de un mes. De acuerdo a las cifras de principios de mayo, de las 977 personas hospitalizadas, 285 daban positivo para algún virus respiratorio. Dos semanas después eran 1.427 los pacientes internados, 616 por patologías invernales.
Hoy el panorama es más complicado, pues según las últimas cifras de la cartera sanitaria, la ocupación total de camas críticas alcanzó un 94% a nivel nacional, registrándose un 42% de ocupación en los servicios de salud de Antofagasta y un 100% en la Región de Valparaíso, Metropolitana, Concepción, Chiloé y Magallanes.
Y en ese contexto, las autoridades, incluido el Presidente Gabriel Boric, refuerzan su comunicación de riesgo para intentar controlar la “tripledemia”. Llaman al lavado de manos y al uso de mascarillas, entre otras medidas para “sacar adelante esta tarea y velar por el cuidado integral de niños, niñas y adolescentes de nuestro país”, dijo el Mandatario.