Luke McPherson, de 31 años, visitó el parque para recordar su infancia, sin embargo, nunca imaginó lo que encontraría en el lugar. Cuando entró a una de las salas abandonadas, encontró un tanque de agua y dentro de él un enorme tiburón blanco de cuatro metros de largo en descomposición.

"¡Una vez que puse la luz detrás del tanque me di cuenta de que era espeluznante!", exclamó McPherson.

La piscina estaba llena de formaldehído, un conservante químico que puede causar quemaduras graves y problemas respiratorios a los seres humanos que se expongan a él.

El parque acuático, Wildlife Wonderland, fue cerrado en 2012 por el Departamento de Sustentabilidad y Medio Ambiente por motivos de bienestar animal.