Ayer fue el día en que los responsables de conservar el Gran Buda de Leshan reabrieron las puertas del lugar para visitantes de todo el mundo tras una serie de remodelaciones estructurales.
Los trabajadores arreglaron las gritas del pecho y abdomen utilizando escaneo láser en 3D e imágenes térmicas infrarrojas.
Ubicada en la provincia china de Sichuan, la inmensa estatua está finamente tallada en un acantilado frente al monte Emei y en sus pies corre agua proveniente de tres ríos diferentes. El buda fue esculpido en el siglo VIII durante la dinastía Tang, mide 71 metros de altura y sus hombros tienen 28 metros de ancho.
Considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la obra tomó más de 90 años en ser terminada y fue construida con la esperanza de tranquilizar los espíritus del agua, según cuenta la leyenda.
Diversos turistas visitan la escultura a diario a través del parque o sobre un barco que navega por el río. Además del Gran Buda de Leshan, el lugar cuenta con numerosos templos y hermosos paisajes naturales.