La nieve nunca ha sido noticia en Rusia durante el invierno, a menos que se rompa un récord de 140 años como el que está viviendo Moscú en estos momentos.

En un solo día cayó casi un tercio de lo que es habitual en todo un mes y se refleja en casas sepultadas completamente de nieve, problemas de tráfico, accidentes y más de 50 vuelos retrasados o cancelados.

Para solucionar los problemas que dejó la intensa nevada, se desplegaron más de 10.000 máquinas quitanieves y 60.000 trabajadores para despejar carreteras.

Por otro lado, un fenómeno nunca antes visto en el país despertó preocupación y polémica en los habitantes. Producto a los pozos y fábricas de carbón que hay en la zona, el aire se encuentra con partículas en suspensión negras. Esto demuestra una clara contaminación en la capital rusa y además causó que cayera "nieve negra".

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