El trío viajó con visas de turistas con el objetivo de asaltar casas de un lujoso barrio donde viven algunos jugadores de la liga de fútbol inglesa.

Sin embargo, los esfuerzos para robar en la zona se vieron frustrados después de que fueran sorprendidos vistiendo con pasamontañas y huyendo de una mansión, por lo que se inició una persecución en una autopista que es catalogada como “increíblemente peligrosa”, a una velocidad de 180 kilómetros por hora.

Tras avanzar 50 kilómetros, Héctor Paredes Muñoz, su hermano Víctor y Sergio Sepúlveda Castro, fueron capturados y encarcelados, logrando recopilar solamente 60 euros.