En un estudio publicado en la revista académica Advanced Materials, investigadores de la Escuela de Ciencia e Ingeniería de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, utilizaron una impresora 3D personalizada y de bajo costo para imprimir sistemas electrónicos en una mano por primera vez.
Esta tecnología podría ser utilizada por soldados en el campo de batalla, imprimiendo sensores temporales en sus cuerpos para detectar agentes químicos o biológicos, o también células solares para cargar elementos electrónicos esenciales.
Los científicos también imprimieron con éxito células biológicas en una herida en la piel de un ratón, lo que podría conducir a nuevos tratamientos médicos para la cicatrización, como la impresión directa de injertos para trastornos de la piel.
Para el estudio se utiliza una impresora portátil y liviana que cuesta menos de 400 dólares (unos 245 mil pesos chilenos), que también puede ajustarse a pequeños movimientos del cuerpo durante la impresión utilizando puntos de seguimiento.
Otra característica especial de esta técnica 3D es que utiliza una tinta especializada hecha de copos de plata, que permite imprimir a temperatura ambiente. Otras impresoras necesitan trabajar a altas temperaturas (hasta 100 grados Celsius), por lo que quemarían la mano.
Para eliminar los componentes electrónicos, la persona simplemente puede despegar el dispositivo con unas pinzas o lavarlo con agua.