La tecnología se acerca a pasos agigantados al sueño futurista de producir autos voladores para todos. En esta ocasión, la startup o empresa emergente Opener, con sede en Silicon Valley, desarrolló un vehículo que promete tener un bajo costo y ser fácil de manejar.
El equipo liderado por el canadiense Marcus Leng realizó las primeras pruebas de un prototipo en su jardín en 2011. Siete años después lograron crear "BlackFly": una aeronave de doble motor y ocho alas, que ya ha sido probada en el aire más de 1,400 veces.
El vehículo puede despegar desde cualquier área pequeña y cubrir distancias de hasta 40 kilómetros a una velocidad de 100 kilómetros por hora. Es eléctrico y tiene características de alta tecnología, como un modo de sobrealimentación para volver a encender en menos de 30 minutos.
Alan Eustace, director de Opener y ex vicepresidente senior de Knowledge en Google, dijo a medios locales:
"El sueño de volar, que era tan difícil y caro de obtener, pronto estará al alcance de millones. Opener está devolviendo la diversión al vuelo y abriendo un nuevo mundo de posibilidades".
Los desarrolladores afirman que BlackFly es fácil de dominar, pero para operarlo se requerirá que los conductores completen el examen escrito de piloto privado de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos. Su costo por unidad aún no es liberado al público.