Según las investigaciones, el hombre tenía unos 30 años e intentaba escapar, al igual que los cerca de 15 mil habitantes, de la catástrofe tras la violenta explosión volcánica y sus cenizas. El hallazgo se realizó a 8 kilómetros del Vesubio, donde las ondas de choque sísmicas y oleadas piroclásticas podrían haber causado la caída de las construcciones, aunque los funcionarios de Pompeya también señalan que la piedra podría haber sido "arrojada violentamente por la nube volcánica".