Tras un nuevo análisis de las estrellas pulsantes, aquellas cuya luminosidad, temperatura superficial y espectro cambian debido a una expansión y contracción de sus capas exteriores, se pudo representar esta nueva forma "retorcida" y deformada de la Vía Láctea.

Desde 1950 la comunidad científica tiene conocimiento de la forma de nuestra galaxia. Sin embargo, investigadores de China y Australia evaluaron recientemente un trazado de estrellas variables llamadas Cefeidas, para crear un mapa en 3D y entender la Vía Láctea de mejor manera.

Los astrónomos reunieron 1339 Cefeidas, ya que sus pulsaciones tienen un período regular que varía con su brillo, por lo que se puede inferir la luminosidad real de la estrella y luego compararla con la luminosidad observada desde la Tierra para determinar la distancia.

La investigación llegó a la conclusión que la Vía Láctea es un disco de estrellas y gas curvo y flexible, diferente a la imagen que se tenía de un espiral plano.