El ferry denominado Cape May-Lewes fue hundido a propósito para crear un arrecife artificial y así ayudar a la flora y fauna que existe bajo el mar. Tras 42 años en servicio, transportando automóviles y pasajeros a través de la bahía de Delaware, el barco fue retirado y sumergido en el océano Atlántico.

Corresponde a un ferry de casi 100 metros de largo, con un peso de 2.100 toneladas y para hundirlo por completo necesitaron hacer agujeros en el casco para que pudiera entrarle agua.

Generalmente, los arrecifes artificiales se crean para que los peces, los corales y otros animales puedan hacer sus hogares en los cascos de los barcos naufragados, convirtiendo esa área del océano en una región llena de vida.