La llegada de Kim Joung-un a Rusia fue retrasada por un pequeño "error" que fue captado por las cámaras de la prensa. Antes de bajar del transporte, los guardaespaldas avisaron que la puerta del tren no estaba correctamente alineada con la alfombra roja preparada para el dictador.
Por tal motivo, la persona a cargo de la máquina tuvo que correr el tren para que coordinara perfectamente con el tapiz y así el norcoreano pudiera descender sin problemas.
Asimismo, los guardaespaldas llamaron la atención de los presentes, ya que, apenas llegó el trasporte a la estación, estos comenzaron a limpiarlo inmediatamente con paños y guantes blancos.