Poseen mayor habilidad en las profundidades, donde son capases de asemejar su aspecto tanto al color como a la textura del entorno en el que se encuentran; estos cambios no solo lo realizan para esconderse de sus depredadores o sorprender a sus presas, sino también refleja estados de ánimo y permite comunicarse con otros cefalópodos.

El cambio de coloración se produce gracias a unas células llamadas cromatóforos, las cuales contienen gránulos de pigmento que reflejan la luz: