Se trata de un estratovolcán, que se caracteriza por su forma cónica y de gran altura, el cual está compuesto por múltiples capas de lava endurecidas a lo largo de su historia. El volcán más activo de Europa "despertó" nuevamente en el año 2001 y desde entonces ha erupcionado en reiteradas oportunidades.

Este último proceso eruptivo, que comenzó a dar las primeras luces el 23 de agosto, fue posible verlo desde el espacio a través de las cámaras de los satélites de la red europea Copernicus: