El vehículo de la compañía Brinks se dirigía al oeste por la carretera interestatal 70 de Indianápolis cuando inesperadamente se abrió la puerta trasera del camión y dejó caer más de 600 mil dólares en billetes. El chofer del transporte blindado no se dio cuenta de lo ocurrido hasta que el conductor de un auto particular le hizo señas para informarle lo que había pasando.
El sargento, John Perrine, advirtió a la sociedad: "Cualquiera que haya recogido dinero puede ser acusado de robo. Si tiene dinero del incidente para devolver, contáctese con la Policía Estatal de Indiana". Asimismo, hasta el momento no se sabe si el accidente fue por un error humano o mecánico.