22 alumnos de la Universidad Técnica de Eindhoven, en Holanda, construyeron un vehículo utilizando residuos recogidos del océano, botellas plásticas recicladas y deshechos domésticos. El automóvil puede alcanzar una velocidad máxima de 90 kilómetros por hora y conducir 220 kilómetros cuando está cargado completamente.