A principios de julio se encontró en Egipto un gran ataúd negro de unos 2 mil años de antigüedad. El sarcófago no tenía inscripciones ni objetos, e incluso parecía sin terminar, lo que descartó inmediatamente la opción de que perteneciera a alguien de la realeza.
Luego que arqueólogos que investigan el hallazgo lo abrieran, se pudo ver que en su interior habían tres esqueletos y una gran cantidad de un líquido rojo.
Innes McKendrick, un productor de juegos escocés, lanzó una petición en el sitio Change.org para poder extraer el "elixir de la vida", y crear con él una bebida energética para que personas beban.
La solicitud está dirigida al "rey de los esqueletos" y dice: "Necesitamos beber el líquido rojo del sarcófago oscuro maldito en forma de algún tipo de bebida energética carbonatada para que podamos asumir sus poderes y finalmente morir".
El líquido, sin embargo, corresponde a aguas residuales que se filtraron dentro del sarcófago, y beberla tendría serias consecuencias. Según el microbiólogo Rolf Halden, de la Universidad Estatal de Arizona, quien tomara el líquido podría estar expuesto a "algo malo".
Esto se debe a que las aguas residuales (y los desechos libertados de los cuerpos en descomposición) contienen microorganismos como virus, bacterias y otros, extremadamente difíciles de matar.