El polémico hecho ocurrió en Toulouse cuando los "chalecos amarillos" salieron nuevamente a protestar a las calles de la ciudad francesa. En esta ocasión, el hecho que marcó la jornada fue el de un policía que roció gas pimienta a un manifestante que estaba en silla de ruedas.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, llamó a la calma, asegurando que los actos violentos han sido inaceptables desde el comienzo del movimiento en noviembre.