Mike Hughes, de 61 años, anunció al mundo en noviembre de 2017 que planeaba volar un cohete construido por él durante varios años, para poder mirar hacia abajo y demostrar que la Tierra es plana.
Para su desgracia, el terraplanista tuvo algunos contratiempos: primero falló porque no tenía el permiso adecuado para llevar a cabo algo así en el terreno, y luego su casa rodante, que utilizaría como plataforma de lanzamiento, se rompió.
Finalmente, "Mad" Mike pudo lanzar su cohete artesanal a 571 metros de altura, sobre el desierto de Mojave, al sur de California. El cientíico autodidacta abrió su paracaídas luego de despegar y llegó a tierra después de un pequeño golpe. "Estoy cansado de que la gente diga que me acobardé y no construí un cohete. Estoy cansado de todas esas cosas. Lo tripulé y lo hice", dijo Hughes a la prensa.
El también ex doble de riesgo y conductor de limusinas resultó casi ileso después del lanzamiento, pero la nave en la que gastó alrededor de 20 mil dólares recibió algunos golpes profundos.