Solo en Estados Unidos se han registrado cerca de 250 mil derrames petroleros a lo largo de la historia. Nuestro país no queda al margen, ya que en 2007 se produjo el mayor derrame en 20 años, en las costas de San Vicente, Chile, con 500 mil litros de combustible.
La limpieza en estos escenarios es casi imposible; lo más efectivo es intentar evitar su propagación y recuperar parte del hidrocarburo. Asimismo, el daño es irreversible, pues afecta de manera crítica los ecosistemas marinos, costeros y terrestres. Sin embargo, el Laboratorio Nacional Argonne, del Departamento de Energía de Estados Unidos, desarrolló aparentemente la solución perfecta con "Oleo Sponge": una tecnología para limpiar derrames de petróleo.
El invento, que aún espera su patente, fue probado en un experimento realizado en la costa sur de California, que tenía como objetivo validarlo en un entorno que imitara un derrame petrolero en el mundo real.
"Esta tecnología es importante porque, a pesar de las mejores intenciones de la industria, los derrames de petróleo siguen ocurriendo y los métodos de limpieza existentes son sorprendentemente inadecuados", dijo Seth Darling, co-inventor y director del Instituto de Ingeniería Molecular de Argonne.
Los investigadores utilizaron una técnica llamada síntesis de infiltración secuencial para traspasar óxidos metálicos a materiales poliméricos. Finalmente encontraron una forma de adaptar la técnica para desarrollar una capa extremadamente delgada de óxido metálico para unir las moléculas y capturar el aceite.
El método de limpieza es simple: la esponja se sumerge en el agua y luego se exprime. El aceite se recoge en contenedores para su posible reutilización o eliminación segura. Después de estrujarla, Oleo Sponge puede usarse nuevamente.
El laboratorio Argonne actualmente fabrica la esponja en pequeñas cantidades para estudios de investigación, por lo que busca socios de comercialización interesados en escalar la tecnología para que pueda fabricarse en grandes cantidades.