Los vientos que soplan a través de los cerros de nieve en la Barrera de hielo Ross hacen que la superficie de la muralla vibre y produzca "tonos" sísmicos que, según los científicos de la Unión Estadounidense de Geofísica, podrían ser utilizados para monitorear los cambios climáticos.
La plataforma Ross es la barrera más grande de la Antártida, parecida a un gran campo de hielo. Tiene el tamaño del estado de Texas y mide entre 15 y 50 metros de altura sobre la superficie del agua.
Para conocer las propiedades físicas de Ross, los especialistas enterraron 34 sensores sísmicos extremadamente sensibles bajo la superficie de nieve. Estas herramientas les permitió monitorear las vibraciones de la plataforma y estudiar su estructura y movimiento durante más de dos años.
Así, los hombres se dieron cuenta que el hielo vibraba a diferentes frecuencias en presencia de fuertes tormentas o cuando la temperatura del aire subía o bajaba.