Las "salas de ira" consisten en romper distintos objetos para canalizar el enojo de las personas. Los clientes tienen permitido llevar artículos personales que deseen destruir o pueden elegir uno que ofrezca el lugar.
Las personas usan bates de béisbol para romper lo que ellos quieran durante una sesión de 30 minutos que tiene un valor de aproximadamente 14 mil pesos por persona.
"¿Qué lleva a las personas a este punto? Bueno, todo. Desde el estrés hasta las relaciones difíciles. Una mujer trajo todas las fotos de su boda y las rompió" explicó la fundadora de Smash Anger Room, Jin Meng.
Asimismo, Meng, mantiene la idea de que las "salas de ira" sirven para desahogar frustraciones en lugar de promover violencia.