Correr olas de gran tamaño tiene altos riesgos y Clarke-Jones lo entendió muy bien luego de sufrir una gran caída de su tabla mientras enfrentaba una masa de agua enorme que lo dejó por varios minutos atrapado en un área rocosa donde las olas rompen con mucha fuerza.

Claramente el australiano de 51 años, vivió uno de los momentos más angustiantes de su vida, ya que se le hizo muy complicada la salida y el salvavidas no podía acceder a la zona para rescatarlo. Finalmente, Ross logró escapar del mar y no sufrió ningún daño gracias al chaleco especial que llevaba puesto.

Las playas del norte de Nazaré son conocidas por tener una de las olas más grandes del mundo. Es un santuario europeo que se repleta cada año por surfistas especializados para correr olas de gran tamaño. Pero, ¿a qué se debe el tamaño de sus marejadas?

La razón de los "olones" de esta zona de Portugal, se encuentra en el fondo mariano: un cañón submarino que tiene 200 kilómetros de largo y una profundidad de casi cinco mil metros. Este cañón, tiene forma de embudo y crea una interferencia constructiva o "efecto amplificador", esto quiere decir que recoge toda la energía del interior del mar y la comprime, haciendo que el agua que circula, se transforme en un gigantesco chorro a presión y genere las enormes olas que pueden llegar a alcanzar 20 a 30 metros.