Islandia está en una de las zonas volcánicas más activas del planeta, por lo que experimenta erupciones cada cinco años en promedio. Todas las islas a su alrededor fueron creadas por estas explosiones hace unos 5.000 años.
El 14 de noviembre de 1963 emergió a la superficie la isla "Surtsey", la más joven de la zona, luego que un volcán hiciera erupción a 130 metros bajo el nivel del mar. La actividad duró hasta el 5 de junio de 1967, momento en que la isla alcanzó su tamaño máximo de 2,7 kilómetros cuadrados.
Desde el comienzo el lugar se usa para investigaciones científicas y observaciones. Primero fue estudiado por vulcanólogos, pero una vez que terminó la erupción y su formación, fue ocupada por biólogos.
El objetivo de su trabajo es comprender mejor cómo se forma un ecosistema desde cero, sin impacto humano. Solo hay un par de científicos autorizados a estar en las instalaciones de la isla, ya que es uno de los pocos lugares prohibidos en la tierra.