El lago Faguibine, en Tombuctú, una vez uno de los más grandes de África occidental, solía ser alimentado por las inundaciones anuales del río Níger. Tras las catastróficas sequías registradas en 1970 en África, comenzó a desaparecer, lo que obligó a mas de 200 mil pobladores a dejar el área y sus costumbres. Hoy cerca de una veintena de habitantes luchan por sobrevivir en lo que ahora es solo un desierto.