En el principal cementerio de la zona, bloques de cemento, varillas de metal y otros materiales recuperados, sirven como base para estas sepulturas, reflejo de la precaria situación que enfrentan los palestinos.
Abdelaziz Abu Hindi, de 35 años, es uno de los voluntarios comprometidos con esta labor. Ante la escasez de recursos y el limitado espacio disponible, Abu Hindi, revela que en ocasiones debe enterrar hasta ocho cuerpos en una misma fosa. “Nos llevamos las piedras que quedaron de los ataques, todas ellas de barro y cemento. Las martillamos y las fijamos para poder usarla (...) tratamos de hacer las cosas con el menor costo y los menores medios posibles” relató.
Esta iniciativa evidencia las extremas condiciones de la vida en Gaza, donde los residentes enfrentan no solo los estragos de la guerra, sino que también, la urgente necesidad de honrar a los fallecidos en medio de una devastación constante.