La pandemia ha sido dura para muchos
.
Pero también ha mostrado potencialidades que antes las veíamos más distantes. He
vivido y
experimentado la potencialidad del trabajo a distancia, el uso de plataformas digitales para tener reuniones y conversaciones. Por
otro lado,
tengo el privilegio de
trabajar desde mi casa, pero no todos pueden
y
h
ay que pensar en cómo logramos que esta sea una oportunidad para todos. Desde, por ejemplo, tener la infraestructura digital con la misma cali
dad en cualquier hogar de Chile, hasta la posibilidad real de combinar trabajo con obligaciones del hogar. Hay personas que viven en 35 metros cuadrados y me parece que ese es el gran dilema de lo que estamos viviendo
.
Esas reflexiones
las estoy viviendo todos los días en mi casa. Lo que más me ha sorprendido
es lo abrupto e imprevisto que fue todo esto. O sea,
¿
quién hubiese pensado que la primera semana de marzo iban a haber millones de personas en Chile en
aislamiento
?
Esta es de las cosas que ocurren cada cien años y
nos tocó vivir
lo.
Hay que ver las consecuencias
s
ociales, económicas
y
culturales.
Yo
, por lo menos, como muchas personas privilegiadas, podemos vivir esta aislación en condiciones muy favorables. También he conversado con personas que viven en pequeños departamentos y se sienten igualmen
te privilegiadas, en comparación con personas que trabajan en la informalidad, que tienen que salir todos los días a trabajar para ganarse lo necesario para vivir.
Por supuesto que en estos momentos de crisis profunda se hacen más notorias esas desigualdades
en hacinamiento, en espacios públicos y, por lo tanto, se hace nuevamente visible el drama de la pobreza
.
C
reo que esto va a reme
cer
a todos quienes tenemos alguna posición de influencia para actuar de forma diferente después de la pandemia y procurar realmente que esa brecha disminuya. Siguen tantas familias viviendo en campamentos y
se
han incrementado en los últimos 10 a
ños; ese drama no parecía estar tan protagonista en el debate público. Hay que efectivamente acercarse mucho más. Esa realidad hay que conocerla e interactuar con ella para actuar.
Uno siempre se preocupa de los seres queridos. Nuestros
padres
son
parte de la población de riesgo, no los
he visto desde marzo. Tenemos ciertas conversaciones de vez en cuando, por Zoom, pero
ellos han tenido el privilegio de poder estar en aislación, en su casa, y la han llevado muy bien
,
s
on
optimistas. Piensen en esas personas que viven
en campamentos, que tienen un padre o un abuelo en otro lugar de Chile. Eso sí que es dramático.
La pandemia me puso más sobreprotecto
r
. Creo que todos tenemos cierto grado
de
inclinación a la sobreprotección y a la paranoia. Lo que
es sano,
porque nos lleva a actuar con responsabilidad. Hemos visto la displicencia de much
o
s
que salen a la calle, que hacen cosas tan burdas como fiestas
. Son aberrantes
,
porque si uno compara esa situación con otras con las cuales uno sí tiene que empatizar, como
las personas que tienen que salir a la feria, que están imposibilitados de guardar cuarentena y se sacrifican por una cosa tan básica como salir
a comprar los alimentos. Eso se contrasta con esa displicencia de algunos
jóvenes.
Siempre hay un contraste entre el grupo que se logra adaptar y otro
que tiene imposibilidad de hacerlo. Afortunadamen
te, donde
trabajo, que son las empresas en las cuales participo, están en el primer grupo y han podido adaptarse bien. Hay
sectores muy dañados
,
como
el
comercio,
el
turismo,
la industria de la recreación,
de los
restaurantes y
el transporte aéreo. Ese es el mundo que está más golpeado.
C
reo que los empresarios hemos estado a la altura: primero
hicimos esta gran plataforma que se llama Solidaridad e Innovación Empresarial Siempre. Nos estamos haciendo cargo de la emergencia social económica, pero obviamente
siempre se puede hacer
más y no hay que ser autocomplacientes. Y, segundo, la lógica colaborativa entre empresas, el sector público y la sociedad civil
es fundamental, porque ninguno
va a sacar esta emergencia adelante solo
. Tenemos que ponerle el hombro todos.