Así es la noble tarea de rehabilitar y reinsertar a la fauna silvestre en Chile
Sean terrestres o acuáticos, enfermos o huérfanos, animales como delfines, zorros, pingüinos, pudúes, güiñas y lobos marinos pueden recuperarse y volver a su hábitat natural gracias al trabajo de profesionales y estudiantes de Medicina Veterinaria que integran los Centros de Rehabilitación de Fauna Silvestre (Cerefas) de la Universidad San Sebastián (USS), ubicados en las sedes de Concepción y De la Patagonia (Puerto Montt). Conoce cómo esta labor colaborativa con instituciones públicas y privadas ha impactado a miles de animales en el sur del país. A esto se suma la alianza entre BuinZoo y la casa de estudios superiores.
Felipe Oyarzún, estudiante de quinto año de Medicina Veterinaria de la sede Concepción de la Universidad San Sebastián (USS), recuerda con claridad el momento en que comenzó su amor por los animales. “Desde que era chico, mi papá me llevaba a la playa a ver lobos marinos y aves”. Allí creció, en la costa de la región del Biobío, rodeado de especies silvestres y, aunque al principio lo decía en broma, siempre soñó con ser “doctor de delfines”. Hoy, Felipe está cumpliendo ese sueño tras haber integrado equipos encargados de la curación y cuidado de animales en el Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre (Cerefas) en la capital del Biobío, perteneciente a su casa de estudios superiores.
En una época de cambio climático y una mayor intervención humana en la naturaleza, distintas especies están expuestas a peligros, por lo que la rehabilitación de fauna silvestre desempeña un papel crucial en los esfuerzos de conservación a escala mundial, brindando auxilio y una segunda oportunidad frente a la recuperación física y conductual de los animales.
Para Felipe, un momento memorable para su formación fue cuando ingresó un delfín al Cerefas de Concepción. “Fue una experiencia única entrar en contacto con un ejemplar de dos metros y 300 kilos que sufría de hipotermia e hipoglicemia. Después de un tiempo logramos estabilizarlo y luego fue liberado en el mar”, destaca. Este evento reafirmó su vocación y lo conectó aún más con su sueño de trabajar con mamíferos marinos.
Actualmente, mientras termina sus estudios, Felipe también contribuye con la ONG Centro de Estudios de Mastozoología Marina, donde ha tenido la oportunidad de trabajar directamente en la conservación de mamíferos marinos en su región, profundizando su conocimiento en la investigación y protección de estas especies.
Rehabilitación y reinserción de fauna silvestre
Con un país extenso y una fauna diversa, especies como zorros, pingüinos, güiñas, pudúes y lobos marinos han podido reinsertarse en su hábitat natural gracias a los Cerefas que la USS tiene en sus sedes de Concepción y De la Patagonia (Puerto Montt). Estos centros funcionan dado al trabajo conjunto con el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) y el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), los cuales reciben animales que han sufrido lesiones, enfermedades o han quedado huérfanos. El objetivo: evaluar, rehabilitar y planificar su potencial liberación.
El caso de Felipe es el de muchos otros estudiantes que realizan pasantías en estos espacios, pudiendo involucrarse desde el primer año de su formación: “Mi primera cirugía fue a un cisne. Luego, participé en la operación de un pingüino. Desde el comienzo tuve contacto directo con animales marinos y terrestres”.
El Dr. José Luis Riveros, director de la Escuela de Medicina Veterinaria de la USS, señala que el compromiso de la carrera y de la escuela es a escala nacional. Con operaciones históricas en el sur, actualmente se preparan para iniciar funciones en las nuevas instalaciones de Santiago, ubicadas en las dependencias del BuinZoo.
Los Cerefas, al estar integrados dentro de la unidad de funcionamiento de la red de hospitales clínico-veterinarios HCV de la USS, forman parte de un modelo de desarrollo que en su momento fue pionero a nivel nacional, permitiendo que los estudiantes tuvieran y tengan una aproximación desde sus inicios a la fauna silvestre nacional.
Si bien depende de diferentes factores, el Dr. Riveros señala que el proceso de rehabilitación de estos animales está protagonizado “por la pasión por la fauna de parte de los profesionales y estudiantes, quienes muestran un compromiso gigantesco y ven el resultado cuando pueden ser rehabilitados e incluso reintroducidos al medio natural”.
Concientización de la población
La médico veterinaria Cinthia Bustamante es una de las profesionales a cargo del Cerefas de la sede De la Patagonia, en Puerto Montt. Tras realizar un diplomado de fauna silvestre en la misma casa de estudios, trabaja desde hace dos años en la que siempre fue su área preferida.
Dentro de las diversas tareas que lleva a diario, el enfoque principal está en educar a la población ante los posibles riesgos que enfrenta la fauna. “La gran mayoría de ingresos de animales en los centros de rehabilitación en el país se deben a causas humanas, ya sean voluntarias o involuntarias”, señala la dra. Bustamante, y puntualiza que el mejor escenario posible sería no tener animales que rehabilitar a costa de una sociedad consciente de los daños que pueden causar por sus decisiones en la naturaleza. También da realce a una realidad poco mencionada: “La gran mayoría de las veces hay daños muy graves que no tienen cura. Los animales tienen que ser eutanasiados por la gravedad de sus lesiones”.
Lo cierto es que la rehabilitación es una tarea contra el tiempo. “El manejo en esas especies tiene que ser muy particular, muy breve, lo menos invasivo posible”, plantea Felipe Oyarzún. El trabajo comienza cuando SAG o Sernapesca actúan frente a las notificaciones de la aparición de animales heridos. Ellos se encargan de gestionar el traslado e ingreso de animales a los Cerefas USS. En paralelo, hay centros de investigación que operan a la hora de realizar análisis de sangre u otros exámenes complementarios.
Principales causas de ingreso
En la sede De la Patagonia de la USS, los mayores ingresos corresponden a aves y, en menor cantidad, a carnívoros. Estas van cambiando, dependiendo de la zona geográfica, pues existen muchas especies endémicas debido a nuestro territorio aislado, geográficamente, por el océano Pacífico, la cordillera de Los Andes y el Desierto de Atacama.
Entre los ejemplares más atendidos está el pudú, el ciervo más pequeño del mundo. Según indica Cinthia Bustamante, están dentro de los casos más complejos y difíciles de sacar adelante. “El ataque de perros a pudúes es frecuente y, por ser una especie presa, no se defienden. Desarrollan enfermedades que se potencian con el estrés y, cuando ello ocurre, comienza una cadena de reacciones dentro de su cuerpo. El daño con el que llegan es alto y un bajo porcentaje sobrevive”, precisa.
Cinthia agrega que “aunque nosotros hagamos todo el procedimiento médico y el enriquecimiento ambiental necesario, algunos cuadros son tan graves que pueden conducir a la muerte bajo un escenario de estrés”.
También hay animales que llegan por orfandad, siendo crucial la terapia médica de suplementación y requerimientos energéticos para que el animal pueda crecer sin problemas metabólicos u óseos. En otros casos, llegan especies atropelladas, donde se trabaja para estabilizar al paciente y analizar si es candidato para un procedimiento quirúrgico.
Etapas de rehabilitación
Si nos enfocamos en el proceso de rehabilitación efectuado en las Cerefas USS, los pacientes pasan por diferentes estados, dependiendo de la gravedad de las lesiones. En la mayoría de los casos ingresan a recuperación intensiva, donde están 24/7 con un cuidado farmacológico, fluidoterapia, enriquecimiento ambiental, entre otros elementos. Si presentan una evolución positiva al tratamiento, pasan a una etapa intermedia, sin uso de fármacos, pero sí con algún tipo de suplementación. En esta fase el enfoque es lo conductual.
Cinthia Bustamante confiesa lo complejo del trabajo. “Debemos analizar permanentemente su estado, pero también procurar que tengan un contacto mínimo con personas y ninguna relación con animales domésticos. Muchas veces usamos capuchas para llevar a cabo los tratamientos o les entregamos comida sin que nos vean. Al ser animales silvestres, es fundamental que los ayudemos a recuperar sus instintos naturales para que logren sobrevivir cuando vuelva a su hábitat”.
Tras la recuperación, el equipo se prepara para la preliberación. El animal rehabilitado se entrega al SAG o a Sernapesca, quienes se encargan de liberarlos a su medio natural.
Más de tres mil ejemplares rehabilitados
La tasa de éxito real de una rehabilitación de fauna silvestre es difícil de medir, no solo en Chile, sino que, en el mundo, pues al liberarlos se pierde contacto con ellos. El verdadero éxito de la tarea es poder devolverlos a su hábitat natural.
En muchos casos, centros como los Cerefas USS instalan chips a los pacientes, un tipo de identificación similar al que se ocupa en animales domésticos. Eventualmente, si un animal ingresa y tiene este dispositivo se puede definir si es un reingreso y evaluar su recuperación.
Para aquellos que no pueden ser reinsertados en su hábitat, una vida en centros de exhibición como zoológicos también se visualiza como un resultado positivo, porque el animal logra una calidad de vida lo suficientemente adecuada.
El Cerefas de la sede Concepción fue el primero en entrar en funcionamiento, en 2002. En promedio recibe 280 animales al año y, solo en los últimos dos, logró la liberación de más de 30 especies cada semestre. En el caso de la sede Puerto Montt, abrió en 2014 y, en promedio, recibe 130 animales al año. Se estima que, a la fecha, en ambos centros se han rehabilitado más de 3 mil animales.
Los rehabilitadores de fauna silvestre enfrentan desafíos crecientes debido a la destrucción de hábitats, el cambio climático, enfermedades emergentes y reemergentes. Sin embargo, continúan brindando servicios claves, tratando centenares de animales cada año y participando en programas de reintroducción de especies.
“Es fundamental la labor que se cumple aquí”, señala Cinthia Bustamante, dando cuenta que quienes estudian Medicina Veterinaria en la USS procuran salvar la mayor cantidad de vidas posibles.
En un país donde la conciencia sobre la fauna silvestre crece lentamente, el tratamiento del animal depende también de fomentar la importancia de la educación y la colaboración. El Dr. Riveros, director de la Escuela de Medicina Veterinaria USS, reconoce que el desafío es constante. En esta línea, los Cerefas continúan evolucionando, adaptándose a las necesidades de cada territorio y buscando alianzas estratégicas a nivel regional para focalizar sus esfuerzos en las especies más amenazadas de cada zona.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.