¿Cómo combatir el sedentarismo? Conoce el plan “Demos la Vuelta a la Manzana”
Diversos organismos del Estado, liderados por el Ministerio de Educación, y con la participación del Consejo Académico Nacional de Educación Física (CANEF). Patricio Arroyo, presidente de esta entidad y director de la Escuela de Pedagogía en Educación Física de U. San Sebastián, nos cuenta sobre este plan que busca revertir la tendencia que nos sitúa como uno de los países con menos actividad física y con mayor obesidad severa.
Si todos sabemos lo importante que es hacer ejercicio y sus efectos positivos, ¿por qué no se refleja en los indicadores de salud? La última Encuesta Nacional de Salud de Chile 2016-2017 reportó que el 86,7% de los chilenos sufre “sedentarismo”, reflejando un panorama de baja actividad física, además de malos hábitos alimenticios.
Patricio Arroyo, presidente del Consejo Académico Nacional de Educación Física (CANEF), instancia que reúne a las instituciones que imparten esta carrera y director de la Escuela de Pedagogía en Educación Física de U. San Sebastián (USS), sostiene que “como sociedad, no hemos logrado generar hábitos de vida activa. Sabemos los beneficios de hacer ejercicio para nuestra salud, pero siempre tenemos una excusa para no hacerlo”. El académico asegura que somos una comunidad con cultura deportiva, pero solo de consumo. Sin exagerar, estudios globales en los últimos años sitúan a Chile como uno de los países que menos deporte realiza a la semana.
Razones
Hay varias razones para entender nuestros hábitos. Según la Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física para mayores de cinco años, en la cual cuando se pregunta por la principal razón por la cual no se realiza actividad física, la respuesta es la falta de tiempo y cambio de prioridades, esto último a medida que avanzamos en edad. De allí que los esfuerzos para generar hábitos deportivos duraderos deben enfocarse en la población infantil.
Desde su rol como presidente del Consejo Académico Nacional de Educación Física, Arroyo plantea que el principal espacio para generar hábitos deportivos está en los establecimientos educacionales. Actualmente, el Ministerio de Educación (Mineduc) en la etapa básica exige cuatro horas a la semana, y en la educación media pasan a ser dos. Los colegios privados, que tienen normativa propia, tienden a mantener las cuatro horas durante todo el ciclo formativo.
Sin embargo, Arroyo es enfático: “La educación física no es responsable de bajar los indicadores de obesidad y sobrepeso, pues se trata de un problema multifactorial que involucra la vida en casa, el colegio y todos los espacios en que se desenvuelven los niños y adolescentes”. La mirada debe estar puesta en que todo menor debe tener una vida activa, desde la llegada al colegio hasta que terminan las clases.
Plan “Demos vuelta a la manzana”
Esa es la propuesta que CANEF trabaja en conjunto con el Mineduc para la reactivación de la actividad física escolar. Se trata del Plan “Demos la Vuelta a la Manzana”, lanzado en octubre de 2022, en el que también participan los ministerios del Deporte, de Salud, de Desarrollo Social, del Trabajo, el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), el programa Elige Vivir Sano y la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) del Mineduc. En palabras de Arroyo: “Se trata de tener una vida activa en el colegio, con actividad física no necesariamente en la hora de ejercicio, sino durante la jornada, integrando a la comunidad completa”.
Enfocado en estudiantes de Educación Parvularia, Básica y Media matriculados en establecimientos públicos y particulares subvencionados, actualmente se encuentra en etapa de planificación para implementar un plan piloto este año en al menos tres lugares geográficos del país. La iniciativa abarca tres líneas de trabajo: Alimentación saludable, bienestar y actividad física. Luego, con resultados en mano, se espera que se vuelva una norma al interior de los establecimientos chilenos.
Combatir la obesidad de los estudiantes se ha vuelto trascendental, sobre todo tras el aumento que hubo en la pandemia. La preocupación de los especialistas se agudizó tras constatar un “retraso notorio en el desarrollo motor de algunos grupos etarios, los cuales se deben reforzar con actividades extraprogramáticas dentro de los establecimientos educacionales”, indica el académico USS.
De hecho, una encuesta de monitoreo escolar del Mineduc en 2021 consultó a los estudiantes sobre qué es lo que quería se mantuviera post pandemia, a lo que respondieron que las clases fueran más cortas, como también dejar de estar sentados gran parte de la jornada.
Cambiar los escenarios
“Contar con una cultura de actividad física para la salud en todas las edades, sobre todo desde la infancia, provocará que las personas prioricen su calidad de vida y bienestar, pasando los aspectos estéticos a segundo plano”, puntualiza Patricio Arroyo, quien en este trabajo intersectorial espera que la política pública pueda ser un factor de cambio ante un escenario preocupante y no solo realizar actividad física sólo meses antes del verano.
El profesional analiza que, para que los colegios se transformen en lugares activos, en donde esté presente la actividad física y el ejercicio en rutinas que van desde el transporte, pausas activas y actividades académicas, los principales facilitadores son los directores de los establecimientos. “Si somos capaces de que los equipos directivos se concienticen del cambio, eso generará nuevos hábitos saludables en toda la comunidad educativa”, sostiene al tiempo que agrega: “En vez de darle más horas a educación física, se prioriza matemática o lenguaje. La nueva política pública debe ser explícita en dar la importancia necesaria al ejercicio”.
Profesores de Educación Física
El académico USS observa que “las y los jóvenes que egresan de la Educación Media no tienen idea de qué hacer con su cuerpo”, por lo que apunta a que las y los profesores que imparten Educación Física deben inculcarles desde pequeños que mantenerse en movimiento les ayudará a prevenir enfermedades asociadas a la inactividad. “Por eso, en la USS hemos trabajado un perfil de egreso de nuestros estudiantes, que serán las y los futuros profesores, en el cual hemos incorporado una mirada integral educativa en materia de actividad física”, explica Arroyo, y añade que “deben tener un enfoque claro en que esta asignatura va mucho más allá que jugar un deporte o de moverse. Porque si bien son pocas las horas, haciendo una buena clase, sí es posible generar un cambio en los alumnos desde pequeños”.
Eso es parte de lo estipulado en el plan “Demos la vuelta a la manzana”, que busca aumentar las horas de actividad física sin necesariamente tener que sumar horas de clase. Lo que se busca es que los jóvenes tengan momentos activos. “Por ejemplo, queremos que al interior de los establecimientos existan estacionamientos seguros para bicicletas, y que haya ciclovías para que los jóvenes que lo deseen y puedan, se movilicen usando su propia energía. O bien que existan recreos activos, en los cuales se motive al alumnado para mantenerse en movimiento, y que haya pausas activas dentro de las clases”, afirma el académico USS.
Arroyo también remarca que, si la meta de los equipos directivos de los establecimientos educacionales es subir sus resultados académicos, la evidencia indica que una o un niño que tiene el hábito de hacer ejercicios y actividad deportiva cotidiana tiene mejor rendimiento académico, que aquellos sedentarios. “Un niño de un colegio vulnerable con actividad física activa tiene el mismo rendimiento que un niño que estudia en un colegio de clase alta, pero que es inactivo. Esto ocurre porque se generan muchos nexos o redes neuronales que permiten que los jóvenes estén más aptos para estudiar y atentos. Hay otros factores involucrados, pero la educación física sí genera un cambio”, concluye el académico.
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