Estudio: 53% de los adultos mayores hospitalizados por COVID-19 requieren rehabilitación kinesiológica prolongada
Siete investigadores de distintas universidades del mundo, entre ellas la U. San Sebastián, revisaron la evidencia científica disponible en diversos países sobre la rehabilitación post COVID-19 en adultos mayores, para analizar el comportamiento de los pacientes y la efectividad de los tratamientos, cuyos resultados fueron publicados en la revista estadounidense American Journal of Physical Medicine & Rehabilitation. El chileno Felipe Araya, académico de Kinesiología USS, uno de los que participó en la investigación, explica los hallazgos y alcances de este artículo.
El síndrome post covid “Long COVID” o COVID prolongado, que es la persistencia por meses de las secuelas de la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, afecta hasta el 30 por ciento de quienes fueron contagiados. Se trata de la misma secuela que obligó a la exministra Ana Lya Uriarte a renunciar al Ministerio de la Secretaría General de la Presidencia.
No significa que el paciente siga infectado con el virus y contagiando, sino que se trata de síntomas diversos, como fatiga muscular, cansancio, dificultad para respirar, tos, dolor articular o muscular, pérdida de olfato o gusto y coágulos sanguíneos, obligando a estos pacientes a buscar rehabilitación y limitándolos en sus actividades de la vida diaria.
A pesar de que esta condición no discrimina por edad, son los adultos mayores quienes sufren las consecuencias de esta enfermedad extendida, obligando a los especialistas de la salud a buscar tratamientos efectivos y multidisciplinarios.
Así lo corroboró el estudio “Recomendaciones y efectos de los programas de rehabilitación en adultos mayores”, publicado recientemente por la revista científica estadounidense American Journal of Physical Medicine & Rehabilitation, tras una exhaustiva revisión de la evidencia científica disponible. La investigación fue realizada por un equipo conformado por expertos de Chile, España, Brasil, Ecuador y Canadá , entre los que destaca el chileno Felipe Araya, docente e investigador de la carrera de Kinesiología de la U. San Sebastián (USS).
El análisis internacional se basó en 10 estudios clínicos que involucraron a 572 pacientes mayores de 60 años, luego de ser dados de alta de cuidados intensivos, tras contagiarse con COVID-19. La investigación tuvo como principal objetivo evaluar la información que existía con respecto a este tema y analizarla de manera exhaustiva con el fin de precisar la calidad de los estudios y poder otorgar información confiable, además de ayudar a determinar la cantidad de personas que precisamente necesitaban rehabilitación.
“Hicimos un análisis de prevalencia, extrayendo las tasas de pacientes que eran hospitalizados, llevando esos datos a un software para analizar cuántos de ellos necesitaban efectivamente rehabilitación física para determinar específicamente qué tipo de ejercicios se estaban recomendando y cuáles de ellos se utilizaban con mayor frecuencia, con el fin de dar a conocer aquellos más eficiente a la hora de recuperarse”, señala el académico USS.
Principales hallazgos
Esa revisión permitió a los investigadores concluir que “un 53 por ciento de los adultos mayores que habían contraído el virus y habían estado hospitalizados, necesitaba rehabilitación kinesiológica por varias semanas”, plantea Felipe Araya.
Este porcentaje no es menor, pues más de la mitad requiere de una terapia kinesiológica de varias semanas como mínimo para su recuperación. En algunos casos, encontraron que: El 55 por ciento continuaba con fatiga muscular; el 13% mantenía dolor muscular; el 30% tenía disminución del rendimiento aeróbico; y el 15% mostraba persistencia de problemas funcionales, comprometiendo su capacidad de marcha, y dificultando la ejecución de sus actividades diarias, tales como caminar o subir y bajar escaleras.
Por otra parte, el estudio contempló el análisis de los ejercicios que se estaban ejecutando para mejorar esta condición, siendo aquellos que aumentaban la fuerza muscular y la performance física, los que más se repitieron y los más indicados para lograr ese objetivo. Los ejercicios aeróbicos, los de fuerza y los de elongación, a través de la terapia ocupacional o la fisioterapia, lograban los mejores resultados.
Por otra parte, los investigadores concluyeron que los tratamientos de rehabilitación tenían una duración de entre tres y nueve semanas como mínimo. En ese sentido, Felipe Araya es enfático en señalar que “es difícil mejorar la calidad de vida en menos tiempo, pues hay muchas variables que manejar. Si bien hay elementos que pueden persistir en los pacientes que tuvieron COVID-19, como el olfato, en general se pueden percibir cambios desde las tres semanas de tratamiento post hospitalización sólo en algunas variables de la sintomatología de esta enfermedad”.
Otra de las conclusiones más relevantes del estudio fue corroborar que muchos de los pacientes que requerían de esta terapia necesitan, en la mayoría de los casos, complemento de otras especialidades médicas.
“Los pacientes con secuelas del COVID-19 requieren un trabajo multidisciplinario de parte de los equipos de salud para completar su recuperación, siendo una de las aristas importantes que pudimos extraer de los diferentes de los estudios”, sostiene el académico USS. Por ejemplo, dos de las investigaciones recomendaban sesiones de psiquiatría y psicología, mientras que otros hablaban sobre la adición de algún tipo de ejercicio cognitivo motor a la terapia para obtener mejores resultados.
Al respecto, el docente indica que “la Universidad San Sebastián, a través de su Centro de Kinesiología de Los Leones, ofrece terapia para quienes lo requieran mediante la iniciativa Rehabilitación post COVID-19″.
Revisa el estudio completo (en inglés) en el siguiente link.
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